El Gobierno ha rebajado en dos décimas su previsión de crecimiento económico para 2020, desde el 1,8 por ciento al 1,6 por ciento, y ha elevado la tasa de desempleo prevista para el ejercicio al 13,6 por ciento desde el 12,6 por ciento fijado en el cuadro macroeconómico que incluyó en el Plan Presupuestario 2020 enviado a Bruselas el pasado mes de octubre.
La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, justificó este martes la revisión en el avance de datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al 2019 y que revelan que la economía creció un 2 por ciento y no el 2,1 por ciento esperado previamente, así como la desaceleración que reflejan los datos de empleo de enero y por “un principio de prudencia”.
El nuevo cuadro macroeconómico lo ha aprobado el Consejo de Ministros junto a la fijación del déficit y el techo de gasto con el que se lanza el proceso de elaboración de los Presupuestos para 2020. En la rueda de prensa posterior, Calviño afirmó que las cifras están “guiadas” por los principios de “prudencia, responsabilidad y realismo” porque eso es lo que ha permitido “reafirmar” la confianza de los inversores y los organismos internacionales en España.
La vicepresidenta afirmó que las nuevas estimaciones se sitúan “absolutamente en línea” con las previsiones de los organismos y analistas nacionales e internacionales, que coinciden en su convicción de que “España seguirá creciendo por encima de la media europea” en “los próximos años”. Además refirió que el Gobierno prioriza en su estrategia la necesidad de “compaginar el crecimiento inclusivo” con la “sostenibilidad” de las cuentas públicas, que ha contribuido igualmente a lograr el respaldo del inversor y organismos internacionales.
Conforme al nuevo cuadro macroeconómico la economía crecerá por debajo del 1,7 por ciento durante tres ejercicios sucesivos, ya que prevé que su ritmo se desacelere hasta el 1,5 por ciento el próximo ejercicio para acelerarse al 1,6 por ciento un año después y llegar al 1,7 por ciento en el 2023.
Su revisión a la baja se produce después de que en octubre pasado situase la previsión para este año en el 1,8 por ciento y rebajase en una décima, hasta el 2,1 por ciento, la estimación para 2019, por efecto “casi en su totalidad” a la revisión estadística de la Contabilidad Nacional Anual efectuada poco antes por parte del INE correspondiente al periodo 1995-2018.
Mercado laboral
En lo que respecta al mercado laboral, el Ejecutivo espera un crecimiento del empleo del 1,4 por ciento a lo largo del actual ejercicio, inferior también al 2 por ciento que estimaba en otoño pasado, y confía que mantenga dicho ritmo de expansión del 1,4 por ciento hasta que en el año 2023 se amplíe al 1,5 por ciento.
Con esa evolución la tasa de paro se reduciría desde el 14,1 del pasado ejercicio a un 13,6 por ciento al finalizar el actual ejercicio, pero situándose también por encima del 12,3 por ciento que había previsto en su última previsión. El Gobierno pospone ahora lograr bajar la tasa de desempleo a dicha cuota del 12,3 por ciento al cierre del 2023.
Durante su intervención, la vicepresidenta económica explicó que la economía cerró 2019 “de forma positiva” gracias a una aceleración en la segunda parte del año, “posiblemente al aclararse o moderarse” algunos de las incertidumbres internacionales como el Brexit o las tensiones comerciales, aunque continúa sujeta a otras incertidumbres como pueden ser la sanitarias -por el coronavirus-.
Crecimiento
Calviño reivindicó que la economía ha mantenido un “claro diferencial de crecimiento positivo frente a la zona euro y los países de nuestro entorno”, aunque haya ido moderando su expansión desde los máximos de expansión de 2015 y “convergiendo hacia la tasa de crecimiento potencial”. Más allá de las cifras, que el INE ha situado en 2019 en una expansión del PIB del 2 por ciento, quiso poner en valor que el crecimiento es ahora “más robusto y equilibrado que en anteriores fases expansivas” y los fundamentos son también “más sólidos” que en el pasado.
“Antes de la crisis España crecía a tasas elevadas, pero generaba un abultadísimo déficit de balanza por cuenta corriente”, refirió y subrayó que ahora lo que se observa es que el crecimiento “más sólidos” y con ganancias de competitividad. En paralelo indicó que la creación de empleo “ha mantenido un ritmo robusto, en línea con el ciclo económico” y valoró que se hayan alcanzado los 20 millones de ocupados, lo que supone un millón más que antes de la crisis hace diez años.