La nueva norma de calidad del ibérico trata de que todos los operadores que intervienen en el sector tengan un marco en el que estén sometidos al mismo nivel de control y tratar de eliminar las vías para quienes pretendan actuar fraudulentamente.
De hecho, la norma contempla sanciones máximas de 600.000 euros para quienes pretendan saltarse los procedimientos estrictamente regulados para controlar la trazabilidad de los cerdos ibéricos, según su raza y sistema de cebo, hasta el sacrificio y su introducción en el mercado para la venta al consumidor final.
La Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici) velará por el cumplimiento del protocolo establecido con el fin de que nadie se lo salte, bien sea por desconocimiento o por mala intención. “Nuestra intención no es sancionar a nadie, y hay sanciones muy graves de hasta 600.000 euros, pero sí mantener un estándar de calidad en el sector”, explicó José María Molina, presidente de Asici durante las jornadas informativas a los productores para que conozcan la norma de calidad.
Asici ya ha tenido que advertir a un matadero de que no puede facilitar a sus clientes las cajas de los precintos, porque esos precintos hay que ponerlos en el matadero para evitar fraudes.
El control se establece desde los reproductores (para ver el cruce y la pureza de los lechones), la identificación de los lechones, si éstos se ceban en la misma explotación o en otra, y regula la densidad de encinas en la finca por cada animal para ver cuántos pueden engordar sólo con bellota durante la montanera y, por último, el sacrificio y la identificación de las piezas con las cuatro etiquetas.
“La garantía es que no se trata de establecer un nivel brutal de controles, pero Asici tiene ojeadores que van por las explotaciones y mataderos para corregir posibles errores, porque es importante que todos tengamos el mismo nivel de cumplimiento de la norma para evitar la competencia desleal”, comentó Molina.
