A diario tocamos distintas superficies y la mayor parte de las veces ni siquiera reparamos en ello, hasta que el temor a ser portador al tocarlo con la mano nos hace adoptar todo tipo de precauciones.
De lo que se sabe del coronavirus Sars – Cov-2 que ocasiona la enfermedad Covid-19 que ya se ha convertido en pandemia, es que la principal vía de transmisión es la mano. Una vez contaminada nos contagia si la acercamos a la boca, nariz u ojos.
El estudio elaborado por científicos de los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Princeton, y ha sido publicada en ‘The New England Journal of Medicine’ mide la vida activa del virus en superficies de aire, plástico, acero inoxidable, cobre y cartón tras posarse en ellas después de un estornudo o un ataque de tos de alguien que está contagiado.
En el aire aguanta hasta tres horas, pero pierde buena parte de su carga vírica y se comporta como el coronavirus Sars que se propagó en 2003.
Donde más aguanta es en el plástico y acero inoxidable (hasta tres días antes de desactivarse, aunque en el plástico es donde más aguanta y en el acero pierde carga a partir del segundo día).
En el cartón dura 24 horas (algo parecido ocurre en la ropa, que también es porosa) y sobre el cobre solo cuatro horas.
Estos son los parámetros máximos que puede alcanzar el coronavirus en esos ambientes.
La duración media, sin embargo, es de una hora en el aire (cae antes que el de la gripe), cinco horas en el acero y seis en el plástico.
Casi todo lo que tenemos en casa es de plástico o similar.