La pandemia de coronavirus ha alterado hasta el último detalle de nuestra vida, y hay algunos colectivos que a estas alturas ni siquiera saben a qué atenerse, como los fisioterapeutas.
Es el caso de Nuria Sánchez, una fisioterapeuta salmantina que tiene dos centros en la ciudad, uno de Fisioterapia y Pilates y otro de Recuperación Funcional en el que trabajamos ocho profesionales. Desde el viernes 13 de marzo, antes de que se decretara el Estado de Alarma, envió un comunicado a todos sus pacientes avisándoles del cierre del centro.
Tras las medidas adoptadas por el Gobierno hasta ahora, considera “que nos han dejado a los fisioterapeutas en un estado de indefensión total. Al parecer, no nos permiten cerrar por fuerza mayor al ser sanitarios y por lo tanto no dejan acogernos al tema de ERTE, pero no podemos abrir porque no podemos atender a la gente con las medidas adecuadas: no podemos trabajar con la distancia necesaria ni tenemos material adecuado. Es más, si mi centro lo tuviera ahora mismo lo entregaría al hospital donde ahora es vital”, comenta.
Explica que gran parte de sus pacientes son de riesgo y la mayor parte de la población no puede salir, “por lo tanto, no tendríamos ningún tipo paciente. Cualquier persona vería lógico que nuestros centros estuvieran cerrados. Pero ni el Ministerio de Sanidad ni la Junta de Castilla y León parecen verlo tan claro. De momento, lo único que han hecho ha sido pasarse la pelota de uno a otro sin tomar ninguna decisión al respecto”, señala.
La cuestión es en que llega a final de mes, con dos centros cerrados, siete trabajadores en su casa “y con la incertidumbre de cuánto va a durar esto, si voy a recibir alguna ayuda o al menos voy a poder acogerme a un ERTE que me facilite la situación. Porque ya no es sólo el estado en el que vivimos actualmente que tarde o temprano, pasará. El problema es que la vuelta a la normalidad va a tardar mucho más que unos pocos meses”, indica.
Está convencida de que no va a tener el centro lleno de gente que quiera entrar en clases colectivas al día siguiente del cese del Estado de Alarma, “ni a mí tampoco se me ocurre organizar ese tipo de clases. Tenemos que empezar poco a poco”, dice.
Agrega que sus compañeros fisioterapeutas están igual, “muy preocupados por sus negocios y por sus trabajadores. Personalmente llevo casi 16 años luchando por crear un sueño, dedicando tiempo y esfuerzo y sacrificando mucho mi vida personal para ver cómo en un momento, todo se puede venir abajo. Entiendo que ahora lo prioritario es la salud y combatir esta pandemia. Por eso, en ningún momento dudé en cerrar mi negocio y mandar a mi gente para casa. Y lo haré el tiempo que haga falta. Simplemente pido que se nos escuche y se nos ayude en estos momentos, que nos permitan cerrar nuestros centros por fuerza mayor y acogernos al ERTE. De esta manera, estaremos más tranquilos y partiremos, después de este parón obligatorio, con algo más de fuerza para afrontar la larga etapa dura que nos espera después de vencer este momento tan duro que vivimos”, concluye.
1 comentario en «La desesperación de los fisioterapeutas de Salamanca: no pueden cerrar por ser sanitarios ni abrir por seguridad»
Núria tiene toda la razón.No son ni una cosa ni otra,pero para pagar impuestos,si.Tienen que formar una piña e ir a por todas,para ver si se dan cuenta de este fallo y obran en consecuencia a favor de estos profesionales.Se acerca fin de mes y hay unas nóminas que pagar a emplead@s,alquiler,luz,agua y demás.Entre muchas premisas que tiene el Gobierno, esta es una de ellas.
Espero que sea oida y obrem en consecuencia