La pandemia del coronavirus “sí que está afectando” a casi todos los sectores, “todo está paralizado”, también en el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) en Salamanca, que ha seguido las instrucciones de la Universidad salmantina (Usal), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de las propias medidas contenidas en el estado de alarma decretadas por el Gobierno, como señala el vicedirector del Centro salmantino, Xosé Bustelo.
Por: Beatriz Jiménez / ICAL
En este espacio tan solo queda una actividad residual asociada a las tareas de mantenimiento, “para asegurarse que las instalaciones y equipamiento del centro sigan funcionando de forma óptima” y también para certificar que “no se pierdan colecciones biológicas de interés”, como son las muestras de pacientes o las líneas celulares, entre otras.
Asimismo, quedan las tareas asociadas al mantenimiento de los modelos animales de cáncer que están albergados en el Servicio de Experimentación Animal de la Usal. En ese sentido, explica Bustelo que la actividad residual experimental es “mínima”, y está limitada exclusivamente a la ejecución de experimentos que, por su importancia o tiempo de ejecución, “no se pueden interrumpir sin crear pérdidas irreparables para el avance científico”.
Fuera de eso, se mantiene una actividad de trabajo “eminentemente telemática” que tal y como asiente el doctor Xosé Bustelo, “desde luego, no suple el trabajo que hay que realizar en los laboratorios”.
Ansiada desescalada
Este investigador considera que es una situación que hubo que hacer “para evitar el pico de diseminación temprana de la Covid-19”. Sin embargo, opina que “honestamente, se debería ya empezar la desescalada en lo que se refiere a la actividad de nuestro centro”, por supuesto, “con todas las medidas de seguridad posibles”. Pero remarca que sin duda, la actividad del CIC de Salamanca “es esencial para la sociedad”. En ese sentido, el doctor Bustelo recalca que en ciencia, “una parada de varias semanas supone, en la mayoría de los casos, una interrupción mucho más larga de la investigación”.
Esto es debido a que, tras la recuperación de la actividad, dice, “hay que perder un tiempo muy sustancial en la puesta en marcha de modelos animales y celulares que se emplean para nuestras investigaciones”. Y en este momento, sentencia que “nos costará ya casi cinco o seis meses el volver a estar a pleno pulmón”.
Colaboración en diagnósticos por PCR
Independientemente de si se produce la tan ansiada desescalada o no, lo que asegura Xosé Bustelo es que desde el Centro de Investigación del Cáncer en Salamanca, se va a empezar a colaborar en las actividades de diagnóstico poblacional por PCR de la Covid-19 a través de su Unidad de Genómica y Proteómica.
Durante todo este periodo de confinamiento el servicio ‘Nucleus’ de la Usal y el propio CIC han estado preparando todo lo necesario para llevar a cabo estas nuevas tareas. Además, ya se ha recibido la acreditación por parte del Instituto de Salud Carlos III por lo que, tras un periodo de pruebas técnicas, se comenzará con estas actividades en colaboración con la Consejería de Sanidad.
Experimentación con animales
En el caso de los trabajos de experimentación con animales, “está todo bajo servicios mínimos”, comenta Bustelo. Se mantienen las colonias de animales “al mínimo”, además señala que “no se hacen cruces nuevos y no se puede empezar ningún experimento nuevo”. Lo único permitido son experimentos de progresión tumoral que, “de no seguirse haciendo, conllevaría una pérdida irremediable de dinero y tiempo invertido”, lamenta.
Para ejemplificar la situación, Xosé Bustelo argumenta que desde el CIC se ha puesto a punto un modelo para estudiar linfomas de células T periféricas, cuya ejecución experimental lleva más de un año y “justo ahora estábamos en la mitad de dicho experimento”. Pero, fuera de eso, “todo está paralizado hasta nueva orden”.
Por el momento, dice que no hay ningún investigador que haya iniciado líneas de investigación propias sobre el Covid-19 en este centro. En el caso del doctor Bustelo, añade que “no lo he hecho por varias razones”. En ese sentido, apuesta porque “este tipo de trabajo tiene que ser realizado por los investigadores más expertos en la materia”, como virólogos o infectólogos, entre otros. Además, añade que “no hay que olvidar que el cáncer sigue siendo, de lejos, una enfermedad pandémica mucho peor que la Covid-19”. Y es que no se puede obviar que “en España mueren casi 135.000 personas de cáncer por año”, reitera.
Asimismo, tampoco hay que pasar por alto que “hay algunos cánceres, como el de páncreas, en donde hay una mortalidad de los pacientes, todavía ahora, de más del 90 por cierto”. Por eso, Xosé Bustelo asegura que en el CIC de Salamanca “tenemos mucho trabajo por hacer aquí como para dispersarnos en otras actividades”.
Además, por su parte cree que “la Covid-19 se va a poder tratar fundamentalmente a través de vacunas y antirretrovirales”. “Y de eso, los que más saben, son los virólogos”, apunta. Afortunadamente, “la Covid-19 pasará pero, lamentablemente, el cáncer seguirá con nosotros mucho más años”. Esto no significa, como es el caso de los diagnósticos, que desde este centro salmantino no se pueda colaborar haciendo tareas colaborativas con otros científicos y, sobre todo, “a través de facilitar la utilización de nuestros servicios técnicos para aquello que se necesite”, concluye el doctor Xosé Bustelo.