Alarma entre los agricultores de Salamanca por la aparición de un hongo en el trigo

El exceso de humedad y la imposibilidad para tratar la enfermedad ponen en jaque la producción de este cereal
campo cultivo trigo
Un cultivo de trigo.

Las copiosas lluvias de la primavera están teniendo un efecto muy positivo para los embalses, las reservas de agua, el crecimiento de los pastos para el ganado y para que las charcas estén a rebosar en todos los territorios de la provincia de Salamanca.

 

Texto y fotos: Chema Díez Juan

Pero, como todo en la vida, el exceso también provoca problemas en algunos apartados del campo salmantino. En concreto, en esta ocasión el trigo es el principal perjudicado por las abundantes lluvias (la cebaba en menor medida), que han dado lugar a la aparición de un hongo que está secando la raíz y las hojas, impidiendo a la planta poder absorber todos los nutrientes necesarios para su desarrollo y, por tanto, echando a perder su capacidad de producción.

No en vano, éste no es el único problema al que deben hacer frente los productores, ya que el agua caída sobre el campo ha dejado las tierras encharcadas y eso impide que los agricultores puedan entrar en las tierras para echar el fungicida y aplicar el tratamiento correcto para eliminar el hongo.

Para que este tratamiento sea efectivo, el agricultor debe poder entrar en la tierra, suministra el producto correspondiente y que no llueva en un tiempo estimado de unas 12 horas, para que éste pueda ser efectivo. De lo contrario, el agua limpiará la planta y eliminará el poder del fungicida, que perderá toda su eficacia.

De hecho, existen ya numerosas parcelas en la provincia de Salamanca, las que cuentan con un terreno más húmedo y de peor calidad, que perderán más del 50% de la producción aunque se pueda aplicar el tratamiento, porque ya es demasiado tarde. El temor de los agricultores es que, las parcelas que aún no cuentan con muchos daños puedan empeorar y perder hasta el 70% de su producción final de trigo, en caso de que no pueda aplicarse el tratamiento.

Por este motivo, los agricultores miran de nuevo al cielo, en esta ocasión para que les dé una pequeña tregua con las lluvias y haya una subida de las temperaturas para que la tierra pueda perder humedad y el tratamiento se aplique y sea efectivo, con el fin de erradicar el hongo que ya está poniendo en jaque a los agricultores por la posible pérdida de producción en un cereal como el trigo.

Todo ello supone, además, un gasto de dinero extra para los productores de Salamanca que deben adquirir el fungicida para eliminar el hongo antes de que sea demasiado tarde.

Bueno para el ganado

Por otro lado, la cara positiva de esta situación de abundantes lluvias durante esta primavera es la ganadería. El aspecto del campo salmantino es envidiable, con charcas ‘a rebosar’ en todas las fincas de la geografía provincial, eliminando un gran problema para los profesionales del sector.

Asimismo, los pastos presentan también un nivel no visto en muchos años en Salamanca para la alimentación del ganado, lo que reduce el coste en la compra de paja, forraje o pienso para el ganadero.

Cara y cruz para el campo de Salamanca como consecuencia de una primavera excelsa en el plano de las precipitaciones.

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