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“Me habéis salvado la vida”

Historias que han vivido en primera personas los voluntarios de Zoes en este estado de alerta, con personas mayores, adolescentes y familias…
Zoes tejió una red de voluntarios para ayudar en el barrio del Oeste. Foto. Instagram.

 

[dropcap]S[/dropcap]e decreta el estado de alarma un 13 de marzo y en la Asociación del Barrio del Oeste, Zoes, organizan una red de voluntarios. “Empezamos a enumerar problemas que podían suceder, cómo iban a comprar las personas mayores, y a buscar soluciones, sabiendo que no podíamos reunirnos, por lo que hicimos una convocatoria a través de la redes sociales”, explica Inma Cid, presidenta de Zoes.

El mensaje que enviaron a las redes era que ofrecían el servicio de realizar la compra a las personas que lo necesitaban, luego vendrían otros servicios, y voluntarios para realizar las tareas. “La cantidad de voluntarios fue abrumadora, de hecho hay muchas personas que no han participado, pero como creemos que esto va a continuar y el plano solidario está bien asentado, seguro que esas personas podrán colaborar. A muchos de estos voluntarios, no los conocíamos”.

La red se ha ido tejiendo con la demandas, “porque no se conocía nada, hemos ido a ciegas. Entre los voluntarios hay mayores, universitarios, personas que han ofrecido sus coches,…», enumera Inma Cid.

¿Qué necesidades habéis detectado, además de hacerles la compra?
Lo que más, al ser personas que tienen hijos y éstos viven fuera, hemos ‘suplantado’ la labor de esos hijos que de manera natural hubieran dado respuesta a esta necesidad. Estaban aislados, pero comunicados. Llamaban para que le hiciéramos la compra, pero en esa conversación hablábamos de todo. Así, veíamos cómo estaban.

También les han ayudado a realizar gestiones de banco o administrativas, porque tenían que salir sí o sí. “No sabían dónde podían adquirir una mascarilla, porque no había. Les hemos acompañado a sacar dinero en efectivo y para no aguantar las colas en el banco, les hemos enseñado a sacarlo del cajero. También les hemos enseñado a utilizar el whatsapp o leer la prensa en el ordenador… “, explica Inma Cid.

¿Crees que seguirán demandándoos cuando esto pase?
Creo que se acentuarán estas demandas. Tengo esa sensación.

¿Habéis tenido que llevar cestas de la compra por necesidad?
Sí. Hay familias que se han quedado sin ingresos y sus recursos eran escasos. Al no adquirir los alimentos por otras vías, comentamos la situación por el grupo de whatsapp que tenemos y las personas fueron muy generosas. Incluso se les ha ingresado dinero.

Se habla de que hay escolares que se pueden quedar atrás al no disponer de dispositivos electrónicos que les faciliten la tarea de las clases on line. ¿Habéis tenido algún caso?
Sí. Una familia nos llamó para preguntarnos si conocíamos tiendas de móviles de segunda mano, que su hija era muy buena estudiante y no tenía la posibilidad de recibir las clases al no disponer de un móvil. Lo comunicamos e inmediatamente apareció un mensaje de un vecino que le daba un móvil que estaba en perfecto estado y después ha habido una persona que le regaló un ordenador y la conexión a internet todo el tiempo que fuera necesario.

Asegura Inma Cid que la red de voluntarios se ha emocionado “muchas veces, porque son iniciativas de la gente”.

Ahora están trabajando en que las personas mayores salgan a la calle, diciéndoles que les conviene que les dé el aire, el sol,… y además porque estaban percibiendo que tenían miedo a volver a la calle. “Hemos tenido que trabajar mucho sobre este tema y es que les tenían pánico a salir, porque no sabían si sabrían desenvolverse por la calle”.

Han acompañado a padres que tienen hijos en el hospital por coronavirus, pero en otras ciudades. “Esos casos son dramáticos, porque no pueden hacer nada, sólo acompañarlos”.

Desde Zoes, tanto el abogado, de manera telemática, como el equipo de psicólogos, están ayudando en las necesidades que tienen los vecinos del barrio del Oeste.

¿El Ayuntamiento facilitó un número para estos casos?
Pero menos ágil que el nuestro. Cuando ellos lo pusieron en marcha, nosotros llevamos años con este servicio y eso hace mucho. Lo que está claro es que preferimos ir a lo que conocemos y nosotros estamos cerca. Creo que las asociaciones vamos a tener un peso muy grande después de que pase todo esto, porque estamos más cerca de la realidad que las instituciones, que no dudamos que lo hacen fenomenal, pero las sentimos más lejos.

¿Cómo se cuantifica la labor que ha estado haciendo esa red de voluntarios?
No sabría decirte. Te cuento un solo ejemplo. Una señora nos dijo: ‘Estoy muy agradecida, me habéis salvado la vida’. Y le dijimos, no seas exagerada. Su contestación fue: ‘No hubiera comido, porque no hubiera bajado al supermercado por nada del mundo’. Nuestra agilidad, según nos cuentan nuestros mayores, no ha tenido nada que ver con la suya. Bien es cierto que las instituciones tienen una burocracia que no la tenemos nosotros, pero quizá eso debería cambiar. Si no te lo ponen fácil, no vuelves.

El Ayuntamiento de Salamanca

La propuesta del Ayuntamiento es potencia el voluntariado con un nuevo curso on line de formación en inteligencia emocional para técnicos y personal de entidades de la ciudad.

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