[dropcap]J[/dropcap]esús María Santos, director del Gabinete de Prensa y de Casa Grande, se puso manos a la obra para informar por todos los medios a nuestro alcance de los pormenores del PGOU. Se realizaron campañas de información con conferencias, ediciones de folletos y visitas a los barrios, donde se discutía hasta altas horas de la noche con los líderes vecinales y personas interesadas en los entresijos del Plan. Los redactores se dedicaron a la labor día y noche. He de reconocer que Juan José Melero Marcos, primer teniente de alcalde, dedicó miles de horas al tema. La campaña terminó en una gran exposición en San Eloy, que al finalizar fue rotando por los barrios. En cada una de las reuniones estaban informando concejales, técnicos municipales, redactores del Plan y responsables de prensa, especialmente Jesús María Santos, Chuchete.
Fuimos introduciendo la idea de que nos jugábamos el futuro de la ciudad, y en una Salamanca que carecía de todo, el PGOU comenzó a suscitar curiosidad. Les hablábamos de los déficits en pavimentación, alumbrado, redes de abastecimiento y saneamiento; de la falta de centros escolares, parques y espacios para realizar deporte. Con el Plan General teníamos que terminar de una vez por todas con la enorme densidad en edificios residenciales, con barrios macizados y con la falta de dotaciones.
Logramos que los líderes de opinión asumieran que con el PGOU se pretendía, como así ha sido, acabar la ciudad, mejorarla y conservar el patrimonio urbano. Había que terminar de urbanizar y edificar las zonas incluidas dentro del casco urbano y que todavía no estaban edificadas, y ordenar los espacios que no estaban integrados en él. En pocas palabras, acabar de rematar la Salamanca consolidada hasta entonces, dotándola de los equipamientos de los que carecía: parques, escuelas, centros de salud, zonas deportivas. También se pretendía mejorar la ciudad con nuevas alineaciones para las vías urbanas y para las propias edificaciones.
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