Opinión

Por un puñado de dólares (en medio del desierto)

Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

 

[dropcap]E[/dropcap]n ocasiones las columnas se me escriben solas. Cómodo pero lastimero. Disfruto más cuando me cuesta, cuando tengo que retorcer la cotidianeidad hasta convertirla en un motivo para pensar que otorgue una gota de aprendizaje. Eso son buenas noticias. Dedico éstas líneas, con máximo respeto, a quienes saben decir nueva realidad con la boca pero no terminan de entenderlo con la cabeza.

Primero de desescalada. Espero por tu bien (y el mío) que esto lo tengas claro. ¿Sabes lo que sucederá durante los próximos meses? Rotundamente no. Las notas del curso pasado ya están en el boletín, esas no las cambiará nada ni nadie. Las calificaciones los exámenes venideros dependen de tu trabajo y entrega. Presentes y futuros.

Asisto atónito al sprint que pretende traer de vuelta el pasado defendido por una parte del colectivo político y sectores económicos. Sinceramente lo siento, vienen muy malas cartas para la partida, no descarto que a mí se me lleve por delante o me deje en la cuneta más bien. Lamento profundamente que el tortazo que recibirá quien hace tal defensa se escuchará desde la Atlántida. ¿Por qué? Por insistir en encontrar la pregunta que nos acerque a la respuesta deseada en lugar de buscar la respuesta a la pregunta planteada.

Entiendo que la incertidumbre de hace 10 años era diferente a la de ahora. Injustas ambas. El dinero se difuminó de los cauces por los que manaba con fluidez por inmorales manejos personales. Lo de ahora va más allá de la tarjeta de crédito. ¿Te resulta apetecible enfundarte la mascarilla y los guantes, armarte con tu gel hidro-alcohólico y acercarte a tu garito favorito a disfrutar de unas patatas bravas y un vermú al metacrilato? ¿Unas rebajas? Apuesto por grandes descuentos post confinamiento, hay que reeducar contra la adquirida costumbre de sedentarismo y ahorro por cierre temporal. ¿Pensando en playas o piscinas? ¿Te has bajado ya la app para reservar tu metro cuadrado en la arena de Poniente? ¿Te basta con el superávit de camas y respiradores? ¿Te lo estoy poniendo feo? ¿Te estoy mintiendo?

Nota acerca de la futurología del dinero. Partamos del conocimiento de experiencias anteriores cercanas. ¿Has escuchado alguna vez aquello de que las pepitas de oro necesitan de confianza para saltar de mano en mano? Cualquier crisis, del tipo que sea, termina por afectar a ese primer mandamiento de este primer mundo. Quizá no recuerdes a Riesgo, pero seguro que te suena su Prima. Sacó un disco hace una década, no se hablaba de otra cosa. A la mínima duda, la economía perdía músculo. Bastaba una especulación. La de ahora es la salud.

Será la primera vez que lo digo, a lo mejor que lo pienso. En la situación actual debemos pensar en evitar el riesgo de hoy para poder tener un buen mañana. La pregunta es cómo llegar a la meta, no cómo conseguir una tiza para pintar una línea en el suelo.

Seguro que volvemos cuando volver sea seguro.

Moveyourself. 

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