[dropcap]E[/dropcap]ncontrarse con todos los clientes de nuevo es una alegría enorme”, expresó emocionada Carmen Santiago, propietaria de una administración de Loterías y Apuestas del Estado en el municipio salmantino de Peñaranda de Bracamonte. Su deseo ahora es repartir premios y apostar por “esa suerte tan deseada”. Desde primera hora de esta mañana, los vecinos formaban cola en la puerta de este local, eso sí, guardando la distancia de seguridad, para comprobar los boletos adquiridos antes de la pandemia y “jugar algo más” confiando en que “la suerte ahora nos sonría”, decían algunos.
Por: Beatriz Jiménez / ICAL
Peñaranda de Bracamonte forma parte de los 68 municipios que conforman las zonas básicas de salud de la provincia de Salamanca que han logrado pasar hoy a la fase 1 de la desescalada, junto a Calzada de Valdunciel, Cantalapiedra, Fuenteguinaldo, Fuentes de Oñoro y Matilla de los Caños. A estos pueblos se sumaron el pasado lunes, cerca 13.000 habitantes de las zonas básicas de Miranda, Robleda, Lumbrales y Aldeadávila. Se trata de apenas un diez por ciento de la población de la provincia dsalmantina, la que avanza “con cautela” en esta desescalada, tras la aceptación de la propuesta de la Junta de Castilla y León al Gobierno.
El cierre de negocios como el que regenta Carmen Santiago en Peñaranda, “fue un caos”, porque como declaró a Ical, “han sido dos meses sin ingresos y sin recibir las ayudas del Gobierno y pagando las hipotecas”. En ese sentido, esta trabajadora lamentó la tardanza de la llegada del Erte y las ayudas que “tanto necesitamos los autónomos y que no llegan”.
Terrazas al sol
“Más movimiento de gente”, aunque algunos caminan aún con cierto recelo por las calles del municipio. Así es como veían hoy los vecinos de Peñaranda de Bracamonte ese principio de la desescalada con el paso de fase. “La vida es tranquila en este pueblo”, dicen los que pasean, “hasta que uno se puedan incorporar al trabajo con normalidad”.
Es el caso de Julián Muñoz, propietario de un establecimiento hostelero de esta localidad que ha decidido “no abrir” por el momento, porque “no compensa”. Una decisión compartida por la mayoría de los bares, cuyas puertas aún permanecen cerradas y las mesas y sillas para las terrazas, se encuentran apiladas frente a los escaparates.
Únicamente un establecimiento ubicado en el Paseo de la Estación se ha atrevido esta mañana a montar su terraza en la calle. Hasta allí se han acercado vecinos y grupos de jóvenes “con muchas ganas de juntarse ya”, como expresaron. Algunos incluso habían planeado “la quedada” el día anterior y sus caras, sin la sombra de las mascarillas, mostraban la alegría de esos encuentros tan deseados “después de pasar tiempo en casa encerrados”
Precaución y responsabilidad
La alcaldesa de Peñaranda, Carmen Ávila, se mostró “contenta” con este paso e indicó en declaraciones a Ical que “este avance cambia también el estado de ánimo de la población”. En ese sentido, dijo que los vecinos quieren sentarse en las terrazas y comprar en las tiendas de los barrios “sin tanta limitación como en la fase cero”. No obstante, la regidora remarcó que “la sensación es la de ir con mucha responsabilidad y precaución” porque a su juicio “no se puede desandar lo conseguido, que con tanto trabajo y esfuerzo se ha avanzado”.
Será durante el fin de semana cuando haya más posibilidades de ver las plazas y terrazas de bares con los vecinos de estos pueblos de la provincia de Salamanca. En ese sentido, Carmen Ávila señaló que, desde el Consistorio peñarandino, continúan trabajando en la Ordenanza Municipal para conseguir ampliar “en la medida de lo posible”, el número de veladores de los establecimientos hosteleros, “hasta llegar a los que tenían el año pasado”. Ávila recordó que por ahora se permite el 50 por ciento de la apertura y en algunos casos “tendrán posibilidad de abrir también el resto”. Para ello, avanzó que se peatonalizarán algunas de las calles más céntricas para que esas terrazas puedan ubicarse en el exterior “con el máximo de aforo permitido por la ley”.
Pequeño comercio al rescate
Comercios más pequeños como las floristerías también han sufrido “mucho” durante estos dos meses de pandemia, porque han visto mermados sus ingresos en celebraciones tan señaladas para ellos como “Semana Santa y fechas como el Día de la Madre o el Padre”, señaló Maite Serrano, desde su puesto de flores en la Plaza, donde la venta otros años “aumentaba bastante esos días”. Además, Maite y su marido señalaron que la semana pasada “no se vendió nada” porque “la cita previa no ha funcionado” en este tipo de comercios, pero hoy “ya se ve más gente en la calle y se han acercado a comprar”.
Caso atípico es el de la ‘Librería-juguetería Miguel Coll’ ubicado en la Plaza de Peñaranda, porque “es un lugar esencial”, como indicó uno de sus trabajadores, Álvaro Coll. Se trata de uno de los pocos establecimientos de venta al público que no han cerrado durante estos meses de confinamiento. Al principio “las ventas se redujeron en torno al 80 por ciento” y a partir de los primeros 15 días “se empezó a remontar poco a poco”, porque como aseguró el joven, aumentó la demanda de material escolar, de papelería, de manualidades y libros de lectura. La demanda doméstica de cartuchos de tinta y papel también sufrió “un ligero repunte”, apuntó también Coll, respecto a otras épocas.
Esta librería en la que no faltan clientes a su puerta, cuenta también con el ‘Servicio gratuito de impresión de deberes’ que ofrecen a las familias durante el confinamiento, por lo que se han convertido “en una gran ayuda para centros escolares y núcleos familiares”. Aseguran que el paso a esta fase 1 de la desescalada “es relajado e irá tomando la nueva normalidad”. Por su parte, Álvaro Coll destacó también que las redes sociales se han convertido en estas semanas en intermediarias para los pedidos online, que fueron enviados a los domicilios para aquellos que no podían o no se atrevían a salir a la calle.
Aún falta una semana para ver si Salamanca y el resto de municipios de la provincia cumplen los requisitos para pasar de fase y se incorporan a este primer paso en la desescalada. Mientras tanto “cautela y precaución”, son las palabras más usadas en la calle.