[dropcap]E[/dropcap]l covid-19 nos ha obligado a asumir unos cambios tremendos en nuestras vidas, como el distanciamiento físico al menos de 1,5 metros, esto pone sobre la mesa que haya personas que estén pensando en abandonar el transporte colectivo priorizando el coche, sin embargo, es necesario que pensemos en un medio de transporte muchas veces olvidado y poco respaldado por los gobiernos, hasta ahora, como una alternativa, la bicicleta. El fuerte impulso a la peatonalización de numerosas calles no debería olvidar este medio de transporte.
En nuestra ciudad el uso de la bicicleta nunca ha gozado de una gran popularidad, pues aunque se sabe que es el medio de transporte que menos contamina, una gran parte de la población no hace uso de él. No se puede verter toda la culpa sobre las personas, pues la capital no se encuentra configurada para facilitar el desplazamiento en bicicleta.
Normalmente, el carril bici se encuentra situado en la periferia de la metrópoli, haciendo muy complicado que un ciclista pueda circular libremente por el centro de la ciudad, sin poner en riesgo su vida, por la culpa de los turismos u otros vehículos o también por las quejas de los viandantes si van compartiendo la acera con ellos.
En el caso que nos ocupa, la ciudad de Salamanca, tiene un gran anillo ciclista, alrededor de veinticuatro kilómetros, pero todo él se encuentra situado próximo a las grandes vías de circunvalación que rodean la ciudad y no sólo eso, sino que muchas veces, hay tramos en que vas tranquilamente montado en la bici y de repente se acaba, bruscamente.
En cuanto al sistema de préstamo de bicicletas, no parece que esté suficientemente extendido, con pocas bases y en unas condiciones a veces poco favorables para los usuarios que después de varios años de haber implantado este sistema siguen siendo bastante escasos.
Sería bueno que por parte del Ayuntamiento se llevasen a cabo más programas de información para el uso de este medio de transporte, enfatizando en los beneficios que conlleva la práctica de este modo de transporte tan saludable. Se podría tomar como ejemplo para dichas campañas a los países nórdicos o bajos donde el desplazamiento en bici está tan extendido entre la población que forma parte de su idiosincrasia.
Resumiendo, es evidente que queda un potencial enorme para configurar la ciudad de Salamanca con un viario mucho más compatible con este medio de transporte teniendo en cuenta la tendencia, inexorable, de las nuevas exigencias medioambientales provocadas por la grave situación del Cambio Climático. Todos saldríamos ampliamente beneficiados si la bicicleta se implantara al nivel que lo está haciendo en otras ciudades españolas como Sevilla y Barcelona. Y todo esto sin olvidar la necesidad de hacer ejercicio, en esta sociedad que tenemos, cada vez más sedentaria.
Por: Fridays for Future, Juventud por el Clima