“Tener la capacidad humana de asumir con flexibilidad las situaciones límite de la vida y sobreponerse a ellas”, es decir, la capacidad de resiliencia, es uno de los recursos más importantes con los que cuenta el ser humano frente esas circunstancias. Así lo definen los expertos en psicología clínica. La pandemia del coronavirus ha afectado a muchas personas, no sólo a los enfermos, sino también a sus familiares y a los profesionales que trabajan día a día para combatirlo.
Beatriz Jiménez / ICAL
Desde la Red de Salud Mental del Complejo Asistencial de Salamanca se puso en marcha el pasado 23 de marzo, la iniciativa Pasmicor. Se trata de un Programa de Atención Psicológica Telefónica para estos grupos ante la recepción del COVID. El jefe de psiquiatría del hospital, el doctor Carlos Roncero, explica que a través de esta iniciativa “se lleva un abordaje temprano y rápido de los síntomas asociados al proceso de la infección para prevenir el desarrollo de enfermedades mentales”. Si bien es cierto, que todos los servicios de psiquiatría de los hospitales de Castilla y León, han organizado sistemas de apoyo psicológico de este tipo durante la pandemia y en cada área se ha estructurado de una manera diferente.
Pacientes, familiares y profesionales
En un principio, Pasmicor estaba dirigido a los profesionales del hospital, a los pacientes y a los familiares, pero ya en una segunda evolución del programa, que comenzó el pasado 7 de abril, se amplió hacia profesionales de Atención Primaria, pacientes de esta área, así como para los profesionales y los pacientes de residencias de personas mayores. Esta iniciativa lleva funcionando dos meses y durante estas semanas, “la evolución de los contactos ha ido cambiando”, señala el doctor Roncero. En estos momentos, los contactos se mantienen con pacientes tanto del Complejo Asistencial salmantino, que luego siguen en sus domicilios, como con pacientes ingresado, además de los de Atención Primaria. Según señala Roncero, también se interviene en núcleos familiares de pacientes desde el Hospital que han estado ingresados, ya que este seguimiento “es importante”.
El coordinador del Pasmicor explica que hay otro grupo de profesionales del Hospital, que abarca desde médicos, enfermeras, auxiliares, que han contactado con la mayor parte de los familiares de los pacientes por vía telefónica. En torno al 20 por ciento de los pacientes del hospital, han recibido una atención de manera presencial con entrevistas o actuaciones. Hasta el momento, se han atendido en los distintos grupos demandantes en torno a 150 contactos y se han realizado más de 400 intervenciones. “El otro 80 por ciento de esas actuaciones fue vía telefónica para evitar los riesgos”, asevera este médico. Asimismo, señala que en torno al 30 por ciento de los pacientes “ya han finalizado su paso por el programa porque han terminado el tratamiento o abordaje”, por lo que “están aún en activo en torno al 70 por ciento, con los que se sigue trabajando”.
El experto en psicología clínica, del área de psiquiatría del hospital salmantino, José Antonio Benito, añade que depende de lo que ocurriera en cada situación, “el seguimiento ha sido diferente”, ya que influyen los síntomas y sentimientos que estas personas venían experimentando. En ese sentido, explica que “no es lo mismo el paciente ingresado, que más allá de los síntomas respiratorios que pudiera tener, también existe el miedo, como elemento central” o también en los familiares, que sienten ese miedo a cómo va a evolucionar el ingresado. A estos se suman los que han perdido a un ser querido en los que “el sentimiento es de tristeza y miedo”.
Intervención
La intervención psicológica del programa Pasmicor pasa por una entrevista sobre la evolución del estado del paciente y, en función clasificación de los síntomas y de lo que predomine, tal y como observen el profesional y los familiares, “se determina el abordaje para los cuadros de ansiedad, así como técnicas deliberación del nivel de estrés o de otros posibles problemas”. En se sentido, Carlos Roncero dice hay un pequeño grupo que “requiere una atención más desde el punto de vista psiquiátrico, con un abordaje ya psicofarmacológico”, sobre todo los pacientes hospitalizados y algunos de los profesionales.
Para poder acceder al programa, los profesionales tienen un sistema de contacto a través de correo electrónico, tanto los de Primaria como los especializados, mientras que los pacientes y familiares deben ser derivados por su médico de cabecera o por un sanitario, qué es el que contacta con los profesionales del programa PASMICOR a través del correo electrónico. Posteriormente, el paciente, familiar o quien proceda, recibe la llamada o llamadas del profesional, ya que en numerosas ocasiones “el grupo de profesionales psicólogos clínicos necesita contactar en más de una ocasión”, como asiente Roncero, qué son los que habitualmente trabajan en la Red de Salud Mental del Complejo Asistencial salmantino. Asimismo, declara que se ha empezado a contratar a “un psicólogo específico para este programa”, porque el resto de profesionales con el paso de las semanas “irán normalizando sus atenciones en consulta con sus pacientes habituales”.
Hasta el momento están interviniendo todos los psicólogos clínicos de este Servicio del hospital, incluso los psicólogos internos residentes, “aunque ahora mismo hay alrededor de seis personas muy centradas en este programa”, apunta.
Adaptación a la nueva situación
Ambos profesionales señalan que se ha detectado una mayor atención “en pacientes de COVID más que en familiares”. “Estos últimos son los que realmente necesitan un apoyo para la readaptación o reacciones de duelo”. Los familiares la general reciben una atención telefónica, y «más breve, porque se adaptan mejor a la nueva situación”. En ese sentido, el coordinador explica que lo más habitual son cuadros de ansiedad, de estrés así como cuadros de síntomas de tipo afectivo y depresivo. Todavía, según este médico, “no han desarrollado ningún síntoma de enfermedad mental completa”, y ese es el objetivo de PASMICOR. Por ello, este especialista insiste “en la detección precoz y temprana para evitar esos problemas complicados” que luego se derivan a la red de Salud Mental.
Por otra parte, están los ingresados o derivados de Atención Primaria, cuando el sanitario percibe una necesidad de atención “se le ofrece al paciente si quiere hablar con un psicólogo”, si acepta, se hacen llegar los datos y desde el hospital, se ponen en contacto para el abordaje.
Segunda oleada
Desde el punto de vista de la salud mental, todos los trabajos apuntan a que cuando baje la “adrenalina” de los profesionales, “será cuando se reciban más demandadas en ese sentido, por lo que irá aumentando”. Por suerte, remarcó que en el Hospital de Salamanca “hay cada vez menos pacientes e irán bajando”, pero afirma que ya se tiene contacto también con pacientes en las consultas de Atención Primaria, por lo que es posible que el programa aumente en las próximas semanas.
“Los problemas de salud mental van en una segunda oleada”, dice Carlos Roncero. A su juicio, se trata de uno de los problemas principales de tipo medico y la gravedad que se teme debido a los estudios internacionales y experiencias sobre el caso, sobre todo China es que las demandas seguirán aumentando en las próximas semanas.
En estos momentos aseguran que no hay una fecha de finalización, si bien se plantean a medio plazo y como señala Roncero, “habrá que incorporar nuevos profesionales específicamente para esto”, porque los que lo lideran son los psicólogos habituales del Complejo Asistencial, es decir, “de aquellas áreas que por cuestiones logísticas se han cerrado para dejar hueco a los compañeros de medicina interna, pero todo eso irá normalizándose”.
Sin miedo a pedir ayuda
“No hay que tener miedo a pedir ayuda”, remarca Carlos Roncero, los profesionales de Atención Primaria, “también manejan la información sobre estos síntomas y también pueden ayudar en este sentido y cuando sea necesario, se puede derivar a la Red de Salud Mental”, porque como sostiene, “aunque ahora se haya dedicado más atención a los pacientes del COVID-19, la telemedicina sigue funcionando”.
El experto José Antonio Benito sostiene que la función de este programa es “ayudar a darse cuenta de la experiencia o a saber gestionar lo que a uno le está pasando, a otros se les ayuda a lidiar con el qué hacer , cómo ocupar el tiempo y a saber sobrellevar esos días más difíciles”. Cuando el nivel de síntomas o sufrimiento sea mayor y suponga ya un problema de salud mental más relevante, habrá que derivar, “hay que detectar e intervenir con lo que suceda en ese momento”.
Experiencia en otros países
Ambos profesionales explican que la experiencia en otros países, como lo que sucedió con otros coronavirus. A pesar de que la situación era diferente, porque la afectación a la población “no era tan masiva”, pero sí que hubo muchas personas sometidas a una situación similar a la de España. Se vio que en términos generales, “la gente tiene una capacidad de resiliencia y de afrontar situación problemáticas en la vida, que es muy importante”, dice Benito. “Los seres humanos somos capaces de sobrellevar el problema que ocurre”. En ese sentido, se refiere a que hay una parte de la población que “a veces necesita asistencia”. Como cualquier situación crítica, “el estrés que conlleva va a generar más problemas en algunas personas, pero en términos generales “se va a llevar de manera adecuada”.
Importancia de la resiliencia
“La capacidad de resiliencia es muy importante”, insiste este psicólogo, quien también señala que “se está haciendo bien en España, la sociedad lo está viendo como un problema conjunto” y ese valor de compromiso “es importante”. José Antonio Benito habla en este sentido, de las personas ingresadas, que se ven sometidas a situaciones invasivas, como por ejemplo necesitar un respirador, con una sintomatología importante y con un riesgo en su vida. “En algunos conlleva síntomas de ansiedad o temor incrementado durante un tiempo”, pero también lo que se ha observado es que “evolucionan bien con el paso de las semanas”.
Además, recuerda los tres elementos que se aglutinan en las personas resilientes, que como afirma, “son los que sobrellevan mejor todas las crisis”, son personas que están comprometidas consigo mismas, con su gente y la sociedad y estas personas, que realzan esas habilidades, “lo van a llevar mejor”. A esto añade las personas que tratan de ver en los problemas un desafío y buscan aprender de todo esto, porque a su juicio, “saldrán mejor paradas, porque la situación se configura como un reto”. Por último, están las que tratan de percibir y darse cuenta que de que “a pesar de que no controlamos muchas de las cosas que pasan en nuestra vida, sí que hay cosas sobre las que tenemos un control y sobre las que hay que maximizar”. Así, apunta sobre “lo que sí puedo hacer”. Por ello, este especialista en psicología clínica aconseja que “uno se debe enfocar en las cosas en las que uno tiene el control, porque es muy útil”.