La consejera de Sanidad, Verónica Casado, anunció este martes que la Junta ha solicitado ya al Gobierno que Castilla y León pueda avanzar a fase 3 de desescalada el próximo lunes, 15 de junio, debido a la evolución de la situación epidemiológica. Esto implicaría que la Comunidad Autónoma sólo tendría que permanecer en fase 2 una semana, frente a los 14 días que dura cada fase, que es el periodo en el que se manifestarían nuevos contagios.
La decisión se toma tras la reunión del Comité Autonómico de Desescalda, y después de que el lunes el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, asegurara que Castilla y León están en condiciones para avanzar a fase 3.
Casado, que recordó que siempre ha sido una firme defensora de la prudencia, precisó que esta decisión se ha tomado por los “muy buenos” datos epidemiológicos y la situación sanitaria de la Comunidad. No obstante, precisó que en estos momentos el Comité de Desescalada valora si podrían solicitarse algunas restricciones en esta fase tres, sobre todo vinculadas al ocio y la movilidad entre autonomías. Aunque sí se podría abrir la puerta a que la zona norte pudiera abrir sus fronteras con Cantabria, prefirió esperar a la decisión que tomen los expertos, cuyas propuestas se elevarán al Ministerio en la habitual reunión semanal de los jueves.
“Estamos monitorizando los datos epidemiológicos y sanitarios constantemente, y la evolución es muy buena, y aunque el virus sigue circulando”, pero se dan casos aislados, identificables y las tasas son muy bajas, insistió.
Por lo que respecta al Real Decreto sobre la Nueva Normalidad, que podría aprobar el Gobierno central en Consejo de Ministros, Casado dijo que Castilla y León ha presentado sus propuestas, pese a que se les entregó el borrador el viernes para que contestase el mismo sábado. “Les dijimos que era un poco prematuro hacerlo en tan poco tiempo, pero las hicimos”, ya que se trata de un texto que va a tener un impacto importante mientras esté el COVID-19.