Inditex entró en pérdidas durante el primer trimestre del ejercicio (de febrero a abril), con un resultado negativo de 409 millones. Es la primera vez que presenta pérdidas en su historia. El grupo prevé cerrar entre 1.000 y 1.200 tiendas hasta 2022 y apostará por tiendas de mayor tamaño y por internet.
Las ventas de Inditex durante el primer trimestre del ejercicio 2020 –entre el 1 de febrero y el 30 de abril– han limitado su caída a un 44% menos que los ingresos del mismo periodo del ejercicio anterior, hasta 3.303 millones de euros, a pesar de que en el periodo ha llegado a estar cerrado hasta el 88% del parque total de tiendas, debido a la pandemia de la Covid-19.
Todos estos factores han permitido limitar la caída del Resultado de Explotación a (-200) millones de euros y el beneficio neto a (-175) millones en este trimestre. La compañía ha decidido provisionar 308 millones de euros para la ejecución del plan de impulso a online y actualización de tiendas, por lo que el Ebit final es de (-508) millones, y el beneficio neto, de (-409) millones.
El Consejo de Administración propondrá a la Junta General de Accionistas repartir un dividendo ordinario de 0,35 euros por acción, a abonar el próximo 2 de noviembre de 2020, frente a los 0,88 euros por acción del ejercicio anterior.
El presidente de Inditex, Pablo Isla, ha presentado un plan para los próximos dos años que anticipa lo que será el Inditex del futuro, con el que la empresa acelerará y ampliará su estrategia de anticipación a la transformación digital. Isla adelantó que se invertirán 1.000 millones de euros para impulso de la actividad online y otros 1.700 millones de euros para la correspondiente actualización de la plataforma integrada de tiendas, con la incorporación de herramientas tecnológicamente avanzadas.
El plan prevé que las ventas por internet alcanzarán más del 25% del total en 2022, desde el 14% de 2019, con una red de tiendas integrada más ágil y sostenible, que incorporará nuevas herramientas tecnológicas, con una superficie media por tienda más grande, mayores niveles de rentabilidad, y que crecerá entre un 4% y un 6% en tiendas comparables.
Cada una de las tiendas actuará como una pequeña plataforma de distribución de moda desde los lugares comerciales más estratégicos de las principales ciudades de todo el mundo, una red capilar global de distribución integrada con online para atender los nuevos hábitos de compra.
Se continuará el plan de actualización de tiendas iniciado en 2012. Se llegará de esta forma a una red de entre 6.700 y 6.900 tiendas, tras abrir 450 tiendas con la última tecnología de integración comercial, y la absorción de entre 1.000 y 1.200 tiendas de menor tamaño, que representan entre un 5% y un 6% de las ventas totales, y que tienen una menor capacidad para prestar los nuevos servicios al cliente. Estas unidades se corresponden fundamentalmente con los establecimientos más antiguos de las cadenas diferentes a Zara.
Por regiones, el plan permitirá que en China y Japón cadenas como Bershka, Pull&Bear y Stradivarius impulsen definitivamente la venta online, que en España continúe el proceso de los tres últimos años con la apertura de tiendas más relevantes y absorción de tiendas pequeñas como se ha visto en Bilbao o Pamplona, mientras que en América y resto de países europeos consolidará la estrategia de plena integración entre el mundo físico y digital.
Las plantillas permanecerán estables y, al igual que a lo largo del periodo 2012-2020, se ofrecerán nuevos puestos a todos los trabajadores de los establecimientos absorbidos, para cubrir las nuevas necesidades generadas por la integración online y los envíos individualizados a clientes.
Además de atender la venta directa al cliente, las tiendas preparan los pedidos de comercio electrónico desde sus propios almacenes, plenamente integrados con la oferta online al cliente, lo que garantiza una mayor eficacia en la gestión de inventario, además de una mayor rapidez en los envíos.