Esta semana, en nuestras conversaciones sobre yoga, os traigo una conversación de cuando Juana, nuestra alumna imaginaria, comenzó con la práctica de yoga. Hoy abordamos el yoga para principiantes, cómo comenzar en yoga.
Y lo primero que me preguntó Juana fue: “¿El yoga es para todos o hay que tener un cuerpazo como los de las fotos?”. “Para todos”, fue mi respuesta. Le expliqué que el yoga no se realiza únicamente con el cuerpo. El cuerpo es una vía, un gran elemento con el que podemos practicar yoga. De hecho, desde ahí partimos, como si fuera el punto de partida. Pero el yoga está formado por ocho ramas. Y las posturas son solo una de ellas. Así que: yoga para todos.
Lo segundo que me preguntó: “¿Y qué más cosas se hacen en yoga?”. Yo le contaba que en la práctica de yoga realizamos también ejercicios de respiración y de relajación. Ayudándonos de ellos para la meditación.
La siguiente duda, después de las resueltas, fue sobre los beneficios de practicar yoga. Y ahí estuvimos mucho tiempo charlando, y le contaba que con una práctica regular tu cuerpo va a estar más fuerte y flexible, y podrás lidiar mejor con determinadas molestias en tu espalda. Que tu mente va a ser capaz de concentrarse mejor para lo que necesites: estudiar, trabajar o estar de ocio. Le decía que también en el sueño es evidente el beneficio, ya que tu forma de dormir se verá beneficiada: más y mejor descanso reparador. El mayor beneficio que te aporta, en mi experiencia, es la oportunidad que te brinda de conocerte mejor, ya que llevamos toda la vida con nosotros mismos y a veces aún buscamos el libro de instrucciones.
Entonces, muy emocionada, nuestra alumna imaginaria quiso saber “pa cuándo” llegan esos beneficios. Pues bien, los beneficios puedes sentirlos incluso durante la misma práctica, pero como todo lo bueno, el yoga es a fuego lento y necesita de constancia. Así que adelante.
“¿Cómo y por dónde empiezo?” Decía mi querida Juana. Pues bien, ya sabes, por el principio. Empieza por una práctica sencilla, y esto es el corazón del yoga: la respiración. El principio de todo (de la vida misma) es la respiración, por ahí comenzamos. Y después, con posturas no muy complejas hasta que vayas haciendo tu práctica constante y la realices de forma más fluida. Está bien enseñar al cuerpo a profundizar en cada postura, a aprender cada asana (postura), y ello implica la repetición, la paciencia y el disfrute del camino.
Con estos recuerdos de los principios de Juana en yoga, te animo a comenzar si aún no lo has hecho, a continuar si ya has comenzado y a profundizar si ya practicas hace tiempo. Como aportación mía, te dejo aquí un enlace con una lista de yoga para comenzar. Que tengas un buen día y cuides tu energía.