Verónica Casado desde su Consejería de Sanidad ha lanzado una encuesta masiva entre todos sus profesionales para recabar su opinión y redibujar el futuro del sistema en Castilla y León, tras una crisis sanitaria sin precedentes de la que se quiere aprender y que sirva como punto de inflexión para analizar las necesidades, oportunidades y fortalezas, y aprovecharlas para contar con un sistema sólido que permita avanzar a corto y largo plazo.
S. Calleja / ICAL. A través del cuestionario, que ha sido remitido a los 43.000 profesionales de los tres niveles asistenciales, Atención Primaria, Emergencias y Atención Especializada, la consejera Verónica Casado da las gracias a todos y cada uno de los miembros de Sacyl por su «trabajo diario» y por su «especial compromiso durante estos últimos meses». «Han supuesto un gran reto y un momento de inflexión que, como profesionales de una organización sanitaria, estoy segura que no olvidaremos».
«Después del gran esfuerzo realizado para afrontar la pandemia y vistas las nuevas formas de trabajar que hemos tenido que poner en marcha, necesitamos abrir una etapa de reflexión y aprovechar una experiencia como esta para parar, recoger todo lo que hemos aprendido, cuestionarnos si todo lo que hacíamos antes realmente estaba aportando valor y redibujar, si es necesario, el horizonte al que queremos llevar a nuestra organización a partir de ahora».
El documento busca recabar información sobre los retos y prioridades que tendría que afrontar la organización en el momento actual tras el golpe del COID-19, y los cambios que serían necesarios introducir en la forma de trabajar y en la organización para conseguir mejores resultados. En tercer lugar, pide a los profesionales que expongan en que herramientas debería trabajar la Consejería para facilitar tu trabajo y el logro de resultados, y el cuarto bloque se centra en los aspectos que consideran importantes en el trabajo y su nivel de satisfacción.
Por lo que respecta a los retos estratégicos, la encuesta -para su respuesta online y de carácter anónimo-, plantea a los profesionales cuáles son, bajo su punto de vista, las prioridades para una Comunidad que se enfrenta a un alto índice de envejecimiento, la despoblación progresiva del medio rural, el importante crecimiento de la cronicidad y un previsible déficit de profesionales sanitarios. Entre las respuestas figuran si apuestan por un modelo de atención centrado en la persona, y no una atención centrada en patologías; por el autocuidado; el desarrollo de la enfermería, y la reorganización de la actividad ordinaria de la Atención Primaria en el medio rural y urbano.
También, se quiere conocer si los profesionales ven necesario mejorar la atención del medio rural; definir unidades de referencia regional y el desarrollo de nuevas, así como qué opinan sobre la necesidad de generar alternativas a la hospitalización (UCAs, hospitalización a domicilio…), o la atención a los pacientes que viven en residencias.
Del mismo modo, se les invita a opinar sobre los cambios en la forma de trabajar y en la organización. Es decir, cuál es la necesidad de abandonar prácticas que no aporta valor; incluir otras que evitan la transmisión de agentes biológicos; definir estándares mínimos de calidad y seguridad; dejar de medir sólo actividad, y diseñar sistemas que reconozcan a los profesionales y a las unidades (centros de salud, servicios-unidades hospitalarias,..) con mejores niveles de calidad y seguridad.
También, si hay que considerar la conciliación de la medicación y la mejora de la adherencia a los tratamientos como una línea estratégica; incorporar prácticas destinadas a la humanización de la atención; mejorar la organización interna del trabajo dentro de las unidades/servicios/centros de salud, y potenciar el trabajo en equipo entre las diferentes categorías profesionales.
Otra de las preguntas se centra en conocer qué opinan sobre potenciar la atención no presencial; diseñar planes de contingencia en situaciones de emergencia, con canales de comunicación y protocolos bien definidos a priori que eviten la improvisación, gestionar la coordinación entre servicios hospitalarios y revisar la coordinación y las alianzas entre hospitales.
Cómo ven las agendas compartidas por medicina y enfermería para la atención proactiva y coordinada; promover la capacidad proactiva de enfermería con actividades preventivas, llamadas telefónicas y visitas a domicilio a pacientes crónico; establecer sistemas que reconozcan/incentiven la atención domiciliaria y promover una organización de las agendas basada en las necesidades de cada paciente, son otras de las preguntas.
Atención Primaria y medio rural
En el caso concreto de los profesionales de Atención Primaria, se les pide cómo ven fijar cupos óptimos para que ningún cupo supere los 1.500 pacientes y ninguno sea inferior a 500; y que se fijen en función de la dispersión, características de la población o necesidad de atención a residencias.
En cuanto al medio rural, se pregunta si se podría mejorar la atención disminuyendo los desplazamientos para realizar tareas de bajo valor clínico, aumentando así la eficiencia de los profesionales; estableciendo sistemas de cita previa en todos los núcleos rurales; considerando la agrupación de puntos de atención, siempre que se garantice la cercanía de la población; con un incremento de las actividades dirigidas a la comunidad; potenciando el trabajo social en zonas rurales, con apoyo, seguimiento y actividades orientadas al desarrollo de redes sociales; o si incentivando ciertos puestos que son de difícil cobertura ty con modos de transporte a la demanda en colaboración con otros sectores o instituciones.
Mejor uso del sistema
Sobre cómo puede contribuir la Atención Primaria a que los pacientes realicen un mejor uso de los servicios sanitarios, la encuesta plantea si con sistemas de canalización de la demanda para que el paciente sea atendido por personal administrativo, profesional de enfermería, médico u otro, según sea su necesidad; si mediante sistemas de canalización de la demanda para que el paciente sea atendido de forma presencial o no presencial, según sea su necesidad.
También, si sería viable potenciando la figura del administrativo sanitario, con mayor implicación, formación, reconocimiento y recursos humanos; si reforzando la intervención comunitaria con asociaciones, grupos de población, centros educativos, para dar información del uso de los recursos sanitarios; o si con actividades de formación en cuidados sanitarios a la población sobre RCP, primeros auxilios, cuidados básicos de alimentación e higiene.
Residencias de mayores
Respecto a las residencias, las preguntas se centran en cómo poder mejorar la atención que reciben estos pacientes; si con una mayor implicación de los de los equipos de Atención Primaria en la atención sanitaria y el seguimiento de las residencias; potenciando los cuidados enfermeros; con inspecciones sanitarias de las residencias, realizadas conjuntamente con servicios sociales; a través de una mayor coordinación entre las residencias y los servicios hospitalarios, entre otras.
Por último, se pregunta a los profesionales qué aspectos son importantes para ellos en el trabajo y su grado de satisfacción con las posibilidades de participar en la mejora de la organización; el ambiente de trabajo con los compañeros; reconocimiento de logros; acceso a la formación continuada, actividad docente, investigación; existencia de incentivos económicos; tener la posibilidad de conciliar la vida familiar y laboral, y tener autonomía para organizar el trabajo, entre otros.