[dropcap]C[/dropcap]reen que lo que piensan es lo que sienten, dijo, y se quedó tan ancha. Sucedió una noche de un día de verano, de esas que parecen existir únicamente para tratar con liviandad los asuntos livianos de personas livianas mientras ponía las dos últimas copas de vino blanco que aun guardaba la botella.
Humanidades y ciencias bailan mucho mejor de lo que parece. Y se discuten. Filosofía y matemáticas. El pensar y el sentir filtrados por la propiedad conmutativa, esa que defiende que se puede cambiar el orden de los términos y el resultado permanecerá invariable. Que es lo mismo multiplicar tres por cuatro, que cuatro por tres. En este caso, sin duda.
Sentir, sentimos. Pensar, pensamos. Sentir no se puede hacer bien o mal. Pensar, sí, lo podemos hacer bien o mal. No podemos no sentir. Podemos no interpretar lo que sentimos. No podemos no pensar. Podemos tratar de ignorar el pensamiento, ahogarlo, silenciarlo, pero ahí seguirá.
¿Y qué sucede si, como dijo, equivocamos una cosa y la otra? Probablemente estaremos seguros de tener la razón. Encontraremos asas templadas de las que agarrar con vigor la cazuela sin riesgo de quemadura. Como camino parece cómodo y seguro. Pero seguro que no es cómodo según sumemos caminos.
La razonable razón no sería sentida y me surgen dudas acerca de si lo que no se siente puede tener algún sentido. Pienso que no. Siento que no. Lo siento.
¿Pensar en lo que queremos ser, en cómo queremos estar, adónde queremos ir, sin sentirnos? Seguro que también se puede. Asumiendo siempre que no debemos tenernos en cuenta. ¿Para qué ser, estar o ir si me da igual cómo me vaya a sentir?
No te sientas mal, no es tu culpa. Es de tus padres o de tus profesores. De tus amistades de, facultades, institutos y coles. Naciste chico y no puedes llorar. Naciste chica y esa es tu gran debilidad. ¿Te sirve?
Enhorabuena, tienes trecho hecho. Si así lo aceptaste dejaste el asunto liquidado hace mucho tiempo. Enhorabuena por el contrario si te sientes a diario. Si sabes que los filos cortan, que las ascuas queman y que el hielo congela. Si sientes las punzadas, percibes el calor antes de quemarte y al notar el frío buscas el guante.
Pensar es un arte. Agua fresca y aire puro si te presentas ante él con todo tu sentir. Cuando se presenta a continuación de ti, de lo que tú eres. Es el veneno del autoengaño y la manipulación, en cambio, si va por delante, si lo separas de tu ser, si le permites dominarte.
Piensa mal y acertarás. Lo habrás escuchado. También que es tan bueno que es bobo. Y que la tierra es plana. ¿Cómo será toda una vida pensando mal? ¿Y prefiriendo ser listo que bueno?
Piensa lo que sientes para encontrarte. Siente lo que piensas para engañarte.
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