[dropcap]L[/dropcap]a Catedral Nueva de Salamanca logró recuperar el suelo original de su nave central, tras la intervención acometida durante los meses de confinamiento, en los que el templo permaneció cerrado
ICAL. El Cabildo decidió actuar sobre el suelo de madera que se encontraba en mal estado, por lo que después conseguir el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, “se abordó la restauración del suelo correspondiente a la nave central, que tiene la vía sacra y los dos laterales”, como detalló el canónigo de Obras, Jesús Terradillos, a través de la Diócesis salmantina.
La intención inicial era reponer las tablas que estaban en mal estado, carcomidas o rotas, “y se intentó hacer eso”, pero como apuntó Terradillos, “los rastreles estaban en tal mala situación que cuando tratábamos de quitar una tabla se salían varias”. Además, debajo de las tablas se encontraron residuos, tierra, escombros y cascotes y según aclaró “no es salubre una cosa de ese estilo en la Catedral”.
Jesús Terradillos señaló que “finalmente se decidió dejar el suelo original y no colocar el de madera en los laterales”, ya que les aconsejaron que “si tenía bien el suelo original del siglo XVII, era mejor optar por dejarlo limpio y restaurado, y así hemos procedido”. Asimismo, en estas labores se cambiaron algunas losetas de pizarra “pero la inmensa mayoría, así como la traza, obedece al siglo XVII, y hay por tanto un solado original que estaba oculto por la madera y los escombros, y con esos cascotes que teníamos debajo”.
Vía sacra de madera
Tras la intervención en este espacio de la Catedral Nueva de Salamanca, los visitantes contemplarán el suelo original en los laterales de la nave central y el suelo de madera únicamente en el presbiterio, la vía sacra y el coro. Durante estas obras, también se acondicionó la madera de ambos espacios, como señalaron desde la Diócesis salmantina.
El canónigo del templo detalló que “tiene más sentido litúrgico y artístico y queda mejor”. El único problema que tenían, según reconoció, eran las instalaciones que se ocultaban debajo de esa tarima, “y hemos procurado de una manera discreta, con una canaleta pintada del color de la piedra, llevar por los exteriores la conducción de las mismas”. De este modo, “el solado es más bello y concorde con la Catedral”, explicó.