La Organización Profesional Agraria (OPA) Asaja de Castilla y León “se opone al recorte del 10% de los fondos agrícolas decidido este martes por las autoridades, que supondrá un severo mazazo a las ayudas de la Política Agraria Común y estrangulará un poco más a un sector que arrastra ya enormes problemas de rentabilidad, y que solo hace unos meses, antes de la irrupción de la covid-19, ocupaba calles y carreteras para reclamar por su futuro y dignidad”
Según los datos conocidos -aún incipientes y a falta de conocer el documento completo– se confirma un recorte del 10% de las ayudas PAC, pasando la Unión Europea a percibir 343.950 millones de euros al año, en lugar de los 382.855 actuales. En el primer pilar, el de las ayudas directas, el ajuste será del 9,6%, y en las líneas de desarrollo rural subirá al 11,2%.
Para Castilla y León, “esto significaría que el sector agrario va a dejar de percibir 104,3 millones € al año (88,8 millones menos en ayudas directas y 15,5 menos para el programa de desarrollo rural). Y aunque la nueva PAC no entrará en vigor hasta 2023, todo parece indicar que el descenso se aplicará ya este 2020 en las ayudas directas, puesto que se financiarán con cargo al nuevo y revisado a la baja presupuesto europeo. Para visualizar la importancia de esta reducción, apuntar que esos 104,3 millones supondrán recortar un 4 por ciento la renta agraria anual de Castilla y León”, señala la OPA.
Según Asaja,“también es muy grave el recorte en las ayudas de desarrollo rural, de las que dependen líneas tan importantes como la incorporación de jóvenes, la modernización de explotaciones o infraestructuras como los regadíos. Por si fuera poco, el plan de recuperación para paliar los efectos de la pandemia contará un presupuesto muy inferior a lo que se preveía, y desde luego insuficiente, como ya están comprobando los sectores agroganaderos con problemas de mercado, que por el momento nada han percibido y en todo caso se anuncia que serán unas migajas”.
Asaja Castilla y León ha criticado este recorte de la financiación del marco agrario europeo, “justo en el momento que más precisa el campo de ese apoyo, con problemas de base que impiden su rentabilidad a los que se han añadido los provocados por la pandemia, que ha roto la demanda y hundido precios”. Para la organización agraria, una vez más el sector primario ha recibido un golpe colateral a consecuencia de las difíciles negociaciones de estos días en Bruselas, un golpe muy difícil de sortear para muchas explotaciones de Castilla y León, de cultivos de secano y con escasísimo valor añadido, para las que las ayudas son un salvavidas indispensable y sin alternativas”.