La localidad palentina de Astudillo acogió este jueves un encuentro promovido por Iberdrola con el lema ‘Construyendo futuro. Nuestros pueblos, nuestra gente’, en el cual representantes de diferentes instituciones y estamentos sociales analizaron las perspectivas de futuro en el mundo rural, como palanca fundamental para la actividad y la recuperación económica de todo el país.
El objetivo de este encuentro es poner en valor la relevancia de las áreas rurales con proyectos que frenen la despoblación y aporten valor a la sociedad y para ello, se ha contado con representantes del sector socio-sanitario, turístico, agroalimentario, institucional y energético.
Así, la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén; el alcalde de Astudillo, Luis Santos; el consejero delegado de Cascajares, Alfonso Jiménez; el gerente del Monasterio de San Zoilo, José Antonio Perrino; la enfermera de la residencia de ancianos San José de Astudillo, Maura Arija, y el responsable del Negocio Renovable de Iberdrola en Castilla y León, Fernando Martínez Riaza, han puesto en común ideas, iniciativas y proyectos y han dado a conocer historias sobre la actividad que cada uno desempeña, subrayando la relevancia del talento y del esfuerzo de estos pueblos con ejemplos que muestran cómo sus frutos son el resultado de mucho trabajo.
Para Martínez Riaza, la apuesta de las renovables por el medio rural permite crear “empleos estables de calidad, que permiten a la gente seguir viviendo en el pueblo o regresar a él”. “Son un factor importantísimo de crecimiento para el medio rural, no solo a nivel económico, que también, porque les permite dotarse de unos medios que les permita mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, sino también desde el punto de vista social, porque es un sector que crea empleo estable y que en las zonas rurales consigue asentar población y atraer a gente joven”, defendió en declaraciones recogidas por Ical.
Armisén, por su parte, recalcó que “la pandemia ha tenido muchísimas cosas malas, pero también nos ha hecho pensar que existen nuevos valores y modelos de vida”. En ese sentido, recordó que la Diputación de Palencia está colaborando en esta nueva imagen del medio rural como “un lugar donde residen esos valores de vida y de recursos”. “En el medio rural es donde está el agua, la energía, y es el lugar donde las energías renovables tienen su protagonismo. Esta situación supondrá nuevas oportunidades para el medio rural. La Diputación promovió la campaña ‘Todo va a cambiar’ porque en esta nueva era seguiremos apostando por el medio rural como lugar donde residen los grandes valores y recursos por los que están apostando los nuevos modelos de sociedad, que se sustentan en una sociedad sostenible medioambiental, social y económicamente”, defendió.
El consejero delegado de Cascajares, por su parte, subrayó que “el gran desafío que tiene el mundo es que la sostenibilidad del planeta y que los pueblos se mantengan, crezcan y se desarrollen”, cuestiones en las que, a su juicio, “hay que dar las gracias a Iberdrola, porque están siendo innovadores”. Alfonso Jiménez defendió que “la agroalimentación es la gran solución para que el mundo rural se desarrolle, crezca y pueda crear tejido y valor añadido”, y señaló que el actual “desafío” del COVID-19 “puede beneficiar mucho al tejido rural y a la industria agroalimentaria”, ya que “el mayor fuerte del mundo rural es su gente, y las materias primas, que son muy competitivas”.
Por su parte, el gerente del Monasterio de San Zoilo afirmó que “a raíz de la crisis sanitaria la gente se está dando cuenta del valor que tiene vivir lejos de las grandes aglomeraciones”. “En los pueblos todos nos conocemos, nos ayudamos y colaboramos, no somos simplemente números, sino personas, y lo que hace grande a una cultura son las personas. Los pueblos en Castilla y León siempre nos hemos mirado con recelo, pero hay que olvidarse de eso porque no somos competidores entre nosotros. Hay que pasar página y convertirnos en colaboradores. Pasar del individualismo a la unión entre todos”, reivindicó.
También intervino en la jornada la enfermera de la residencia de ancianos San José de Astudillo, Maura Arija, que desgranó cómo se está viviendo en el centro donde trabaja la emergencia sanitaria, desde unos primeros momentos en los que primaba “el miedo” por la “falta de medios y de conocimiento”. “Desde la residencia se adoptaron estrictos protocolos y hemos podido evitar contagios, pero hubo momentos de incertidumbre y durante el confinamiento trabajábamos con el miedo de poder contraer el virus y transmitírselo a algún residente”, señaló. La clave, a su juicio, ha sido pensar más en quien tenían al lado que en ellas mismas, si bien reconoció que “esto aún no ha terminado y no podemos bajar la guardia”.