El obispo de Salamanca, Carlos López, presidió este sábado la eucaristía funeral que ofrece la Diócesis de Salamanca en memoria de todas las víctimas de la pandemia del coronavirus. Decenas de fieles y autoridades locales asistieron al acto religioso.
La celebración tuvo lugar en la Catedral Nueva, y se enmarca en la jornada por los afectados por la pandemia, que a propuesta de la Conferencia Episcopal Española se va a llevar a cabo durante este fin de semana en las diócesis españolas y que se ofrecerá “por el eterno descanso de todos los difuntos y el consuelo y esperanza de sus familiares”.
Desde la Diócesis se realizó una invitación especial a participar a las familias de los difuntos que perecieron durante el estado de alarma y confinamiento.
El obispado habilitó espacio para 1.500 personas en el templo ocupando los bancos de la vía sacra y las sillas plegables que se colocaron en las naves derecha e izquierda, trascoro y en el atrio exterior, con la distancia de seguridad dictada por las autoridades sanitarias. Con el fin de que los asistentes pudieran seguir adecuadamente la eucaristía el Cabildo Catedral colocaron cuatro pantallas grandes en dichos lugares. Una convocatoria de semejantes dimensiones se ha producido con la segunda oleada de los contagios en ciernes cuando no a punto de estallar.
El acceso a la Catedral se realizó por la Puerta del Nacimiento. Quince voluntarios distribuyeron a los asistentes en los espacios habilitados para los familiares de los difuntos, las autoridades, fuerzas de seguridad, los cuerpos sanitarios, cofradías, asociaciones,… y velaron para que se guardaran todas las medidas de precaución y distancia de seguridad. En el templo se colocaron dispensadores de gel hidroalcohólico en diversos lugares y era obligatorio el uso de mascarilla en todo momento.