[dropcap]H[/dropcap]ace calor, mucho calor y hay un complemento, el abanico, que contribuye a paliar un poco las sofocantes temperaturas.
Tal y como los conocemos hoy, el abanico fue inventado por un chino en el siglo VII inspirándose en el mecanismo del ala de un murciélago. Los primeros que llegaron a Europa, vinieron de la mano de los marineros portugueses en el siglo XV gracias a las rutas comerciales que abrieron con oriente.
Una tienda de Salamanca, Señorita Naif, ha rescatado este complemento, ideal para el verano, muy elegante y que en su momento tenía lenguaje propio, como un imprescindible de estos meses de calor para llevarlo en el bolso. Eso sí, a los estampados o colores, que suele tener el ‘ala’ del abanico, le ha puesto mensajes divertidos y con sentido del humor, como: ‘Aire acondicionado portátil’, ‘puto calor’, ‘que corra el aire’, ‘lo que piensen de mí me la trae al fresco’, ‘tra-trá’ o ‘Putos sofocos’.
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