[dropcap]E[/dropcap]n tiempos de bonanza de conocimiento en los que básicamente cualquier humano es doctor con una buena causa honoris, debemos ser cuidadosos con la gestión de los protocolos propios de las relaciones sociales. Si bien es cierto que el más tonto te hace un reloj, hay que tener en cuenta que de listos está el mundo lleno. En el tutorial de hoy, un par de claves básicas para interactuar con estos últimos, por poseedores de la verdad y por estar llamados al liderazgo del cambio consciente de ésta avanzada y avezada sociedad del siglo 31 nuestra.
Todo aquel individuo que ostente titulado conocimiento certificado por la Universidad de la Vida, ubicada en la calle que más te guste, número la niña bonita, mostrará una seguridad en sus afirmaciones directamente proporcional a la discapacidad cognitiva superada durante tales estudios, generalmente prácticos.
La interacción con dichos susodichos debe ser cuidada en extremo, ya que no suelen presentar tolerancia a la duda. Saben que lo saben, resultando por tanto, muy complicado un debate de mases y menos. Tomemos pues la absolutación de sus dimes con peso de axioma como punto de partida.
Ante su probable incomprensión de la comunicación en términos de diálogo, será imperativo adaptarnos a su formato de emisión, es decir, el monólogo. ¿Cómo? Aquí el primero de los 2 pasos para socializar con éxito. Ojo pestaña, que esta pista no engaña. Comienza tu batería de preguntas con el único fin de que pueda enriquecer su discurso.
Ejemplo. Fulano Fulánez te invita a su cierta disertación acerca de la hidrodinámica y su relación con la temperatura y el cromatismo. Seguro que a primera lectura te parece un tema de por sí edificante y atractivo. Busca entonces la manera de conseguir más info de su fuente. El grifo por ejemplo. Propón preguntas tales como; ¿es por eso que el agua caliente sale al apuntar a lo rojo y el frío a lo azul?
¿Qué conseguirás con esto? Para ti probablemente poco, pero para el resto de la humanidad habrás ganado un tiempo valiosísimo que todos agradeceremos. Mientras Fulano esté contigo, el resto estaremos a salvo. Si quieres ahondar más en el tema, puedes solicitar sus conocimientos acerca de la idoneidad de buscar la templanza del líquido de más a menos o de menos a más, es decir, comenzar con lo frío y mover hacia lo caliente o al revés.
La contraindicación de la técnica es el origen del segundo paso para esa adecuada autogestión en sociedad. En el momento en que consideres rebasada tu capacidad de control del ay Señor, la que me está dando el ilustrado, es fundamental que procedas con el pellizco del pezón que elijas de entre todos los que poseas. El beneficio será en este caso no tanto para la sociedad sino para ti. En cuanto llegues a la presión aureolar adecuada, comenzará a perder importancia el ejercicio de sabiduría de la Universidad de la Vida de tu interlocutor.
Un saludo y hasta la próxima semana. Y ponte la mascarilla for pavor.