La familia Botín tenía 2.000 millones de euros ocultos en Suiza en cuentas del banco londinense HSBC.
Eso es lo que se concluye después de que en 2010 acudiera a una regularización fiscal tras la que pagó a Hacienda 200 millones de euros.
La familia Botín señaló a mediados de 2011 que estaba al corriente de todas sus obligaciones fiscales y que en 2010 regularizó voluntariamente la situación de las cuentas suizas reclamada por la Agencia Tributaria.
El recientemente fallecido Emilio Botín, su hermano Jaime y los cinco hijos de cada uno de ellos, abonaron en 2010 año 200 millones de euros por la declaración patrimonial de los bienes domiciliados en Suiza, procedentes de parte de patrimonio acumulado por el patriarca de la familia, Emilio Botín Sanz de Sautola, abuelo de la actual presidenta de la entidad, Ana Patricia Botín, hija de Emilio Botín.
Al estallar la guerra
El patriarca de la familia salió de España con parte de su patrimonio nada más estallar la Guerra Civil, y lo depositó en una fundación creada en Suiza con su nombre y gestionada desde entonces y hasta la actualidad por varios administradores profesionales.
Según los cálculos realizados en su día, para pagar una deuda tributaria de 200 millones de euros la cantidad ocultada debía rondar los 2.000 millones de euros, aunque Hacienda sospechaba que era más.
Hacienda tuvo conocimiento de que algunos españoles tenían cuentas en la división suiza del HSBC tras una investigación de las autoridades francesas. Entre ellos estaba la familia Botín.
