La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León calcula que los centros educativos de la provincia de Salamanca experimentarán un incremento de más de 300 docentes durante el presente curso escolar, debido a las necesidades de los centros con motivo del protocolo anti-Covid implantado en los colegios e institutos de la Comunidad Autónoma
C.T.M. / ICAL. Así lo señaló este lunes, 14 de septiembre, el director provincial de Educación de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Ángel Morín, quien no supo cifrar el número de docentes en concreto que han aumentado por dicha razón en Salamanca durante las dos primeras semanas del presente curso escolar, pero sí calculó que el incremento a lo largo del año académico “llegue a 300 más que el año pasado”.
“Estamos haciendo distintas agrupaciones frente al Covid en función de las necesidades de los centros”, continuó explicando Morín, quien realizó el cálculo de dicha cifra porque “a medida que se pongan en marcha las distintas enseñanzas, es probable que la contratación tenga que incrementarse”.
No obstante, Morín recordó que “desde el momento de la baja de un profesor” por Covid-19 “hasta que llega otro, hay muchos factores que intervienen por el camino”, como la propia comunicación de la baja, la autorización de la contratación del nuevo docente y la selección del mismo “dentro del orden de prelación de interinos para cubrir esa vacante”, que incluye un plazo de comunicación a varios de ellos. “Tenemos tantos derechos que hace que el proceso se dilate, pero no por una mala gestión, porque es ágil al cien por cien”, recalcó el director provincial de Educación.
Morín realizó estas declaraciones durante la presentación del curso escolar 2020-2021 en Salamanca que realizó el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en la provincia, Eloy Ruiz, y en la que ambos mandatarios aseguraron que “no están llegando incidencias significativas” ni de los primeros días de Educación Infantil, Primaria y Especial, ni de esta primera jornada de incorporación a las clases en Educación Secundaria, Bachillerato y algunos cursos de Formación Profesional.
Un curso, además, “muy diferente” al estar marcado “por unas imposiciones por la crisis sanitaria que condicionan la actividad lectiva” de los 47.213 alumnos y los 3.621 docentes, por el momento, existentes en Salamanca y adaptados ya a unos protocolos por los que, ante cualquier caso sospechoso, se transmite por parte del equipo COVID del centro a la Dirección Provincial de Educación para que, en contacto con los Servicios de Prevención de la Junta, se ponga en marcha la realización de PCR a ese alumno o profesor “en un plazo máximo de 36 horas”.
Después, en caso de resultar positivo, se determinarían los contactos del profesor o alumno positivo y serían las autoridades sanitarias quienes, en función de los resultados de esas pruebas, “y de si es un brote que afecta a un aula, a varias o la situación está descontrolada”, tomarían la determinación de cerrar una, varias aulas o el centro entero. “Pero esperemos que la situación no llegue a esos extremos”, concluyó Morín.
Y es que el objetivo es “salvaguardar el derecho fundamental a la educación y hacerlo compatible con la seguridad para la salud”, tal y como avanzó el delegado territorial de la Junta en Salamanca, Eloy Ruiz, para quien “con las medidas que se han tomado, la implicación de todos y el sentido común, vamos a lograrlo”.