[dropcap]D[/dropcap]ecía Albert Espinosa en uno de sus libros que los amarillos son aquellas personas que se cruzan en tu vida por un momento o unos días, y te la cambian. Nunca más los olvidas. Así les pasó a Darío y a la tía Ana con el equipo de urgencias del Hospital Clínico de Salamanca y en especial con la UCI pediátrica.
Llegaron allí una madrugada de finales de agosto tras un accidente de tráfico, y fueron recibidos con un trato exquisito por parte del médico de urgencias y del resto del equipo. El pequeño permaneció ingresado varios días en la UCI pediátrica. Amanda, Julia y Ana, entre otros integrantes de la unidad, hicieron, no solo que el pequeño recuperase la salud, sino que su estancia fuese lo más humana y divertida posible. A su tía le facilitaron realmente la vida. Nota para la cocina: Darío disfrutó de la comida de forma evidente. Hay testigos ; )
No se puede pedir más en cuanto a altura profesional de médicos, enfermeras y auxiliares, ni tampoco en cuanto al calor humano que nos ofrecieron. Difícil mejorarlo.
Afortunadamente Darío está curado y feliz. Sus padres están a punto de hacerlo. La tía Ana quiere mandar un fuerte abrazo a todo el personal que nos atendió en aquellas delicadas circunstancias. Se han convertido en sus nuevos amarillos.
Muchas gracias,
La tía Ana