[dropcap]L[/dropcap]olita se abre en canal. Sincera, atrevida, honesta,… La artista se muestra firme en sus reflexiones desde las tablas de un escenario, donde está dando vida a Aurora, la madre de la obra La fuerza del cariño.
Lolita escribe que está esperando a que se levante el telón y dejar en el escenario sus penas, alegrías, lo vivido, lo que vive y lo que le queda por vivir. «Confío en el aplauso de la gente, en mis hijos, en mi hermana, en mis amigos, que ya son familia. Confío en que la gente me conozca como soy: con mis defectos, muchísimos, y con mis virtudes, no sé cuántas tengo, yo soy como soy, perfecta no, pero honesta, si, eso si».
En sus reflexiones, Lolita manda un consejo para los atormentados, «que dejen de atormentarse, que la vida es muy corta y nadie pertenece a nadie, ni siquiera nuestras hijos, ellos son seres únicos y tienen que vivir».
También se acuerda de los indecisos e indecisas, a lo que no quieren conocer el alma de las personas, a los que no saben decidir, a los que se alimentan de falsas historias por tener un estatus, a los que denomina: «falso e hipócritas», a los que deciden vivir en la mentira, a los que no saben que van a morir, como todos, y solo dejaremos historia en lo seres que amamos, a todos aquellos que cambian su felicidad por un momento de postura y, que allá ustedes, «yo no voy a cambiar, sé lo que quiero a quien quiero y posturistas en el espejo, nos vamos haciendo viejos y viejas, nos caen la arrugas y perdemos la memoria, nos faltan la fuerzas las ganas de hacer el amor, vamos a luchar por eso para que no acabe, total la vida desordena y nos pone en el sitio que nos pertenece, en su sitio. Sigamos viviendo, pero con coherencia, la vida se va y el Covid está al acecho», reflexiona la hija de Lola Flores.
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