Salamanca y el otoño pueden formar un vínculo muy especial; una tarde de otoño con la luz de la tarde reflejada en cada uno de sus rincones dejan estampas para el recuerdo.
Porque la riqueza patrimonial de Salamanca no entiende de pandemias, de restricciones, de medidas, de mascarillas… solo de reflejar lo que es y siempre será.
Otra cosa somos nosotros, todos, los que sin importarnos la pandemia mundial que asola al mundo, nos lanzamos a las calles sin pensar en lo que está pasando ni lo que estamos haciendo.
Por suerte, siempre nos quedará una tarde de otoño en Salamanca…