El VIII Festival Internacional de Artes de Calle llega a su ecuador y lo hace con propuestas de lo más variadas y divertidas
Plazas y calles se convierten, por arte y gracia de grandes artistas, en improvisados teatros, donde desde el más pequeño hasta el más mayor ríen y disfrutan con las variadas y divertidas propuestas que traen en sus ‘maletas’ los artistas que llenan de obras la Plaza del Liceo y la Plaza de Anaya con sus propuestas en el VIII Festival Internacional de Artes de Calle.
En el ecuador de este festival callejero, los salmantinos y forasteros han tenido la suerte de encontrarse con Les Enjoliveurs, la compañía francesa que utilizó la Plaza Mayor para comenzar con su espectáculo Sforzando, una propuesta en la que la música clásica se une con el rock. Es una ópera de calle en la que los personajes de una orquesta fuera de tiempo se juntan, se revelan y se reencuentran. Y todo ello, con el regocijo del sorprendido viandante.
También asombró a propios y extraños los Caballos de Menorca, de Tutatis. La compañía catalana ofreción una visión muy personal de esta celebración menorquina, que recrea la animalidad primitiva del caballo y recupera el peso de la tradición en una representación contemporánea.
El Sastrecillo Valiente iluminó las caras de los más pequeños gracias al buen hacer de Tropos Teatro de Títeres, que a través de sus manos contó una historia que demuestra que no siempre la fuerza bruta es la mejor solución. El ingenio, la habilidad y la imaginación son armas mucho más poderosas para enfrentarse a cualquier dificultad.
También lograron que caras de asombro los integrantes de The Freak Cabaret Circus con su obra Acrópatas/Next Player O. Un maravilloso espectáculo a cargo de dos artistas de Castilla y León que combina las técnicas circenses más espectaculares, con malabares, acrobacias, equilibrios imposibles y saltos mortales.
GALERÍA DE FOTOS, AQUÍ
