El 19 de octubre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que sigue afectando a muchas mujeres cada año en España (30.000), de las que 300 son diagnosticadas en Salamanca.
Por suerte, el hospital de Salamanca es uno de los centros referencia en esta apartado, con César Rodríguez, responsable cáncer de mama del servicio de oncología médica del complejo hospitalario, como uno de las cabezas más visibles.
No le importa en absoluto el prestigio del centro, ni mucho menos, ya que el objetivo final «es que las mujeres se curen», y cada vez se dan más pasos en este apartado, pero queda un largo camino por recorrer para las mujeres que sufren una recaída.
Lanza un mensaje de tranquilidad ante las mujeres que estén con tratamiento de cáncer de mama y hayan dado positivo por Covid, porque ninguno de los dos apartados influye en el otro, según se ha podido demostrar por los casos tratados. Rodríguez demanda un mayor apoyo para la investigación y, especialmente, para que sea mucho más independiente. Cada vida cuenta, y mucho…
El cáncer de mama, ¿puede aparecer a cualquier edad? ¿Cuándo es más común o representativo?
El cáncer de mama es un tumor que puede afectar a cualquier edad a partir de los 30 años (como regla general) y hasta edades avanzadas, pero sí se ha observado que hay un pico de incidencia entre los 50 y los 70 años, que es donde se engloba la mayor proporción.
Esto no quiere decir que no haya pacientes mucho más mayores que puedan padecer esta enfermedad ya que cada vez nuestra esperanza de vida es mayor y resulta común poder verlo a esas edades, igual que entre los 45-50 años, aunque en un porcentaje menor.
Tener una edad determinada no implica poder tener cáncer de mama, pero la probabilidad es menor en un rango que en otro; hay una excepción, que es el hereditario, que supone el 10% de los casos y que se caracteriza por su aparición en edades tempranas.
¿Por qué aparece el cáncer hereditario?
No es el más frecuente, como he comentado anteriormente, pero aparece porque se heredan mutaciones en genes concretos, en mujeres por debajo de los 50 años, entre 30 y 40. Se detecta mediante análisis genéticos y generalmente se trata de familias que ya están bajo un estudio y tienen este riesgo, siendo vigiladas por unidades. Eso sí, repito, no es el más frecuente.
Cáncer de mama, ¿hay algún factor que influya en su aparición o puede ser mala suerte?
Existen factores de riesgo que afectan a la población en general y luego puede ser que jueguen un papel importante o no. Existen muchos factores sociales que no vamos a llevar a cabo y que son muy complicados de cambiar; por ejemplo, tener un número elevado de hijos, tenerlos a una edad temprana, una prolongada lactancia materna… todos ellos son factores que reducen el riesgo de tener cáncer de mama. Pero eso es muy difícil modificarlo en nuestra sociedad y lo sabemos. Igual que el hecho de tener la primera regla muy pronto y la última muy tarde; se puede cambiar poco.
Luego hay otra serie de factores que sí se pueden modificar y son relativos al estilo de vida que llevamos, a nuestra dieta, el ejercicio físico… sabemos que el exceso de calorías no es bueno, igual que el consumo excesivo de carne roja; el sobre peso aumenta el riesgo de cáncer de mama al igual que no realizar una actividad física. El consumo de alcohol también tiene incidencia, pero todo esto son factores que sí se pueden cambiar. Ésta es una regla general, luego puede haber casos individualizados de mujeres que se cuiden y hagan deporte y tengan cáncer de mama, eso es una realidad”.
¿Qué porcentaje de mujeres lograr superarlo?
En la actualidad, en España hay más de 30.000 casos de cáncer al año y en nuestro centro en Salamanca, habrá unos 300 diagnósticos de cáncer de mama cada año. Ahora, podemos decir que a los 5 años del diagnóstico, el 90% de las pacientes está libre de una recaída, aunque existe un porcentaje del 10% con recaída y una mala opción de poder sobrevivir. Además, a los 10 años, el 80% de las mujeres está curada por completo.
Tenemos diagnósticos más precoces con tratamientos más eficaces que han disminuido un poco más el riesgo. Pero hay un gran reto por delante todavía es que hay 6.000 personas que mueren al año y entre un 20% y un 25% puede recaer y una vez que eso ocurre, no es tan fácil la curación. Si hay una recaída metastásica, la curabilidad no es posible, aunque también trabajamos en aumentar los años de vida, cronificar la enfermedad con un tratamiento personalizado; pero no se puede curar, y en eso estamos centrando todos los esfuerzos.
¿Qué importancia tiene la prevención y ‘coger’ un cáncer a tiempo?
El primer paso es tener unos hábitos de vida saludables para que exista un menor riesgo, y es algo que pueden hacer todas las mujeres; ésta es la prevención primaria. Luego, hay una secundaria que es la detección precoz, lo que genera grandes opciones de curación. Hasta ahora, lo único que ha mostrado un beneficio mayor son las mamografías en los grupos de edad entre mujeres de 45 a 70 años; habría que hacer más, sí, pero es una prueba complicada para la gente más joven. Sin duda, los programas de cribado son la mejor estrategia.
Otra manera de poder llevar a cabo una detección precoz es la autoexploración mamaria; no se ha demostrado que sea útil para reducir la mortalidad, pero sí para alertar de que puede haber algo malo y es necesario acudir al especialista para poder comprobar qué ocurre.
¿Hay algunos tipos de cáncer de mama más agresivos que otros?
No es una enfermedad única; cuando se diagnostica un caso, se llevan a cabo muchos estudios que ayudan a los patólogos para analizar muchas variantes y comportamientos distintos. No diría que hay unos más agresivos que otros y sí que cada uno se comporta de una manera diferente y es necesario dar un tratamiento personalizado.
¿Qué clases hay?
Por ejemplo, hay un grupo de tumores dependiente de hormonas, que son menos agresivos y responden bien a los tratamientos. También hay otros, los Her2 que son más agresivos y rápidos, pero existen tratamientos eficaces y se pueden bloquear con anticuerpos; existen otros que generan más dificultades, como es el triple negativo, que no son sensibles a los tratamientos hormonales ni anticuerpos Her2.
Poco a poco vamos teniendo estrategias diferentes, abriendo la puerta a la inmunoterapia. Lo importante es realizar ensayos clínicos para seguir avanzando; de hecho, Salamanca participa en 10 ensayos clínicos, incluso internacionales y que han sido comunicados en congresos; lo importante es estar en la vanguardia y podemos presumir de que Salamanca lo está.
Investigación para luchar contra el cáncer de mama; ¿en qué punto está?
La investigación se cetra en identificar tratamientos cada vez más personalizados y medicina de precisión; ya no hacemos miles de análisis porque sí, ahora se selecciona subgrupos de tumores para hacer un proceso específico. Todos los años ganamos un poco más de supervivencia, pero despacio, no vemos ganancias importantes en porcentaje y es por lo que hay que seguir luchando.
La mayor parte de las investigaciones se realiza a nivel multicéntrico, en España y el resto del mundo; en el último año, hemos participado en estudios que han dado resultado en pacientes dependientes de hormonas, reduciendo el riesgo de recaída. Han sido 4.000 pacientes en todo el mundo y 10 de Salamanca; es una modesta contribución, pero estamos ahí y queremos seguir creciendo.
¿Es Salamanca una referencia?
Somos una referencia en investigación básica, contando con el gran trabajo del Centro de Investigación del Cáncer (CIC), y la investigación clínica, siendo el hospital de Salamanca el centro con mayor número de ensayos de Castilla y León en cáncer de mama. Recibimos pacientes de Zamora, Valladolid, Segovia y Burgos para su inclusión en estos ensayos, para ser un referente en la Comunidad.
Todo esto es muy positivo porque se ha creado una red muy importante en Castilla y León que provoca que muchas pacientes se curen, que es nuestro objetivo final, no el prestigio del centro.
¿Tienen suficientes recursos o apoyos?
La investigación básica necesita recursos por parte de las instituciones, al igual que el trabajo en laboratorios es fundamental, y quiero romper una lanza en su favor. También es necesario que la investigación clínica sea más independiente, no podemos depender solo de lo que está promocionado por las farmacéuticas. Hay que desarrollar una legislación diferente, con trámites que permitan que sea más sencillo.
Mujeres con cáncer de mama y covid-19; ¿especial precaución?
Ha habido mujeres con cáncer de mama que ha estado con su tratamiento y la infección por Covid-19 no se ha asociado a un mayor riesgo de complicación o mortalidad respecto al resto de la población; pacientes con covid y cáncer de mama no parecen empeorar su pronóstico en ninguno de los dos casos; por eso, quiero lanzar desde aquí un mensaje de tranquilidad.
¿Ha frenado el coronavirus la investigación contra el cáncer de mama?
En este momento, en lo que se refiere al cáncer de mama, haría dos diferencias. La investigación no se ha frenado porque se hayan cerrado laboratorios, pero sí se han limitado los recursos y eso es básico; en los ensayos clínicos ha habido que parar la inclusión de pacientes y la crisis sanitaria ha supuesto un obstáculo que hay que ser capaz de superar cuanto antes.
Podemos decir que, en el tratamiento global de los pacientes, se ha mantenido la mayor parte, quizá no todos, con un gran esfuerzo del hospital y todos sus servicios. Hemos logrado una actividad casi del 100% en los tratamientos de cáncer de mama; me preocupa mucho más a nivel de investigación.
Tenemos dos recursos fundamentales; desde el Hospital y desde la AECC. En el primer caso, aprovecho para decir que sin el trabajo del equipo multidisciplinar todo sería imposible y dentro de este equipo hay un apoyo psicológico que depende del complejo asistencial de Salamanca y que realiza una gran labor, da mucho apoyo. También está la AECC, donde hay un gran equipo que colabora si se solicita su ayuda; un doble abordaje que funciona bien para que estén cubiertas necesidades importantes.