Las pinturas de Andy Warhol, las fotografías de Richard Avedon, la obra gráfica de Bruce Nauman, las instalaciones de John Baldessari, la poesía escultórica de Vito Acconci, los textos de Lawrence Weiner, los dibujos y estructuras de Sol LeWitt, las instalaciones de Dan Graham, la conceptualidad de Yoko Ono y, junto a la obra de todos ellos, las frescas, innovadoras y rompedores ideas expresadas a través del arte de dos salmantinos y una joven artista extremeña pero charra de adopción.
Carlos Tabernero / ICAL
Eso es ‘This is not a love song’, una exposición comisariada por el director del Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte y profesor titular de Arte Contemporáneo en las facultades de Bellas Artes y Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca, Francisco Javier Panera, en la que cuenta así con creaciones de los salmantinos Jean Claude Cubino, Luis San Sebastián y Montse Galán para “dialogar, enfrentar y contrastar su trabajo con reconocidos artistas internacionales” como “mejor forma de apoyar a los creadores locales”.
Y es que, como detalla el propio Panera en declaraciones a Ical, “tanto los trabajos de Cubino y San Sebastián como los de Galán, que tiene solo 21 años, cuentan con muchos puntos en común con artistas de talla mundial” como los que conforman la muestra ‘This is not a love song’, presente en la sala de exposiciones del Centro Cultural de la Villa de Madrid hasta el próximo 15 de noviembre, y que cuenta también con obras de Joseph Beuys, Joseph Kosuth, Saadane Afif, Ronald Nameth, las Guerrilla Girls, Marc Bijl, Rodney Graham, Adel Abidin, Gisele Vienne, Patric Chiha, Barbara Kruger, Filip Custic, Eric Siegel, Douglas Gordon, Richard Hamilton o las Pussy Riot, entre otros muchos artistas de fama internacional.
No obstante, ¿no recuerdan las ‘Guitarras tuneadas’ de Jean Claude Cubino al “trabajo de darle valor poético a objetos encontrados como hace Christian Marclay”? O la instalación mural de más de 12 metros de Luis San Sebastián, ¿no dialoga «perfectamente» con el arte conceptual de Baldessari?. Por no hablar del “descubrimiento” de Montse Galán y su ‘Naked Vinyls’, un experimento creado durante el confinamiento decretado por el estado de alarma frente al COVID-19 en el que la joven extremeña, estudiante de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, realiza “una crítica muy fuerte a la utilización del cuerpo de la mujer en la historia de la música”, reinterpretando portadas históricas, en las que se utilizaba el reclamo de cuerpos de mujeres, sustituyéndolas por hombres o personas de género trans, “convirtiendo lo que era un objeto de seducción en algo amenazador” que comulga con la perspectiva de género de otras grandes artistas participantes en la exposición como Barbara Kruger.
Porque no solo de la comparativa, diálogo y enfrentamiento entre grandes artistas internacionales y contemporáneos creadores locales vive la muestra ‘This is not a love song’. Como relata Francisco Javier Panera, “esta es la última de tres exposiciones” con las que intentó trazar “una genealogía de las relaciones entre las artes visuales y la música pop”. Las dos primeras, ‘El pintar de canciones’ y ‘Bailar de arquitectura’, también expuestas en Madrid y con presencia de artistas salmantinos como Hugo Alonso o Félix Curto, “se centraban en el arte y la música española” y recorrían los últimos 60 años del pop nacional para establecer la relación entre lo que se cantaba y lo que transmitían las obras de artistas patrios en cada época. Esta última, en cambio, trata de ir un paso más allá mezclando “artistas tan consagrados como Kruger, Ono o Warhol con creadores jóvenes como San Sebastían o Galán, que no son lo suficientemente conocidos en España pero tienen mucho que aportar”.
La exposición
‘This is not a love song’, al contrario que sus predecesoras, se centra de esta manera en la relación entre arte y pop durante los últimos 60 años en el contexto internacional, reuniendo obras de más de 40 artistas sobre diferentes soportes y estilos que van desde el ‘pop art’ al arte conceptual pasando por la ‘performance’, el ‘body art’, el videoarte, el cine experimental, la estética relacional, las teorías de la posproducción o el activismo. Todo ello relacionando el arte con los diferentes tipos de música generados durante estas últimas seis décadas y que van desde el rock and roll hasta el pop, incluyendo la psicodelia, el glam, el punk, el soul, la música disco, el hip-hop, el indie pop, la música electrónica o “cualquiera de los subgéneros y tendencias musicales más fugaces desarrolladas durante los últimos cincuenta o sesenta años”.
Así, a través de los Warhol, Acconci, Graham, Ono, Kruger, Baldessari, Oursler, Marclay, Kelley, Beuys, Cubino, San Sebastián o Galán, el espectador también llega a Lennon, Bowie, Townshend, Barrett, Eno, David Byrne, Laurie Anderson o a bandas reconocidas de las dos últimas décadas como Sonic Youth, REM, Blur, Franz Ferdinand o The Kills. La exposición está dividida en seis partes que recorren el arte en el pop y el pop en el arte, la religión dentro del rock, los encuentros entre el rock y el arte conceptual, el activismo en la música, las dobleces del rock, y las políticas de la música de baile y los nuevos ritmos urbanos.
Punto de partida
Pero además de para vehicular la relación entre pop y arte a través de la pintura, la escultura, la instalación o la palabra, ‘This is not a love song’ cubre el propósito de actuar como “pequeño laboratorio” para conocer el funcionamiento de las obras de jóvenes creadores como Montse Galán y Luis San Sebastián, ante los que Panera expone la “obligación y responsabilidad de los comisarios de estar pendientes de estos nuevos artistas, que aportan ideas refrescantes desde el conocimiento profundo de la tradición y del trabajo de sus predecesores tanto en el arte como en el rock”.
Así, la muestra se instituye como una “caja de herramientas con la que construir discursos contemporáneos” que estos jóvenes artistas van desarrollando. No obstante, y como recuerda Panera, “la artística es una carrera de fondo” y estas primeras participaciones en exposiciones con “cebos como Warhol o Linder Sterling para luego descubrir obras de Cubino, San Sebastián o Galán” permitirá a estos jóvenes creadores salmantinos “comenzar a recibir llamadas de galeristas interesados en sus trabajos”, como ya ha sucedido con la obra de Montse Galán, cuya fuerte vinculación con el feminismo “ha llamado la atención de dos comisarias especializadas” en dicha materia.
“Es el punto de partida para su participación en otras exposiciones colectivas o en alguna muestra individual”, sentencia Francisco Javier Panera, quien considera que “lo importante es que un proyecto lleve a otro” y no pone techo al reconocimiento que Cubino, San Sebastián o Galán puedan recibir en un futuro. “¿Quién sabe?” contesta a la posibilidad de que dentro de unas décadas sean estos nombres salmantinos los que sirvan como ‘cebo’ y espacio de diálogo y confrontación artística para jóvenes creadores del futuro.