Desde que fracasó con estrépito en su intento de suceder a Albert Rivera al frente de Ciudadanos, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, anda con mucho tiento a la hora de opinar sobre política nacional, evitando cualquier declaración que pudiera molestar a Inés Arrimadas, no vaya a ser que la presidenta nacional de Cs exija a Alfonso Fernández Mañueco su relevo en el cargo por alguien de su cuerda, tal que Gemma Villarroel, actual máxima responsable del partido en Castilla y León.
No es que en este tiempo el inefable Igea haya contenido su irreprimible incontinencia verbal, sino que su verborrea se ha acotado a la pandemia y a asuntos domésticos de comunidad, sin meterse en charcos de mayor alcance. Por eso ha sorprendido -solo relativamente, conocido de otra parte su afán de protagonismo- la declaración conjunta suscrita con el socialista Nicolás Redondo Terreros (otro outsider en su partido, permanentemente alineado con las posiciones mas conservadoras) a favor de que el PSOE de Pedro Sánchez rompa con sus socios y aliados de gobierno para armar una “gran coalición” a la alemana.
Aunque con ello el vicepresidente de la Junta rescata una postura defendida por la propia Arrimadas después del descalabro electoral de Ciudadanos, no cree “El topillo” que a la lideresa naranja le haga mucha gracia que Igea salga a la palestra nacional fijando posición nada menos que sobre la política de alianzas a seguir por el partido. Allá el número dos de la Junta si provoca más de lo prudente a la presidenta de Cs, pero lo que desde aquí no pasaremos por alto es la alusión al chantaje político ejercido por las minorías para sacar tajada del desencuentro entre los partidos mayoritarios.
Ahí está tan campante presidiendo la Diputación de Zamora Francisco José Requejo, el único diputado provincial que obtuvo Ciudadanos en las últimas elecciones locales. Y ahí sigue ejerciendo como alcalde de Palencia Mario Simón, cuya candidatura tan solo obtuvo en las urnas tres de los 25 concejales electos y que, para mayor inri, llegó a la alcaldía tras pactar por escrito el apoyo de Vox.
Esas y otras “rapiñadas” políticas fueron perpetradas por Ciudadanos con el beneplácito del que había sido su candidato a presidir la Junta y firmó con Fernández Mañueco el acuerdo de investidura que le encaramaba a la vicepresidencia que de momento ocupa. Pero en fin, ya sabemos que, si frágil suele ser la memoria de cualquier político, en algunos como Igea roza los niveles clínicos propios de la amnesia.