La capital salmantina ha amanecido cubierta por la niebla, emborronado por este fenómeno meteorológico que también deja bonitas estampas en la Salamanca monumental.
Pero, también ofrece una sensación de que algo va mal, que algo no funciona, que la vida no es como antes… bares cerrados y niebla dejan a la capital del café y el tapeo por excelencia como una ciudad fría y con mucho por recuperar.
Así cubría la niebla algunos rincones de la ciudad: