[dropcap]J[/dropcap]aqueline de la Vega va camino de soplar las 61 velas, pero viéndola nadie lo diría. Ha hecho un pacto con el diablo está igual, o incluso mejor, que cuando presentaba programas de entretenimiento en TVE allá por la década de los noventa.
Durante los años que vivió en nuestro país, era uno de los personajes asiduos a las fiestas y estrenos. Se enamoró de Cris Lozano, uno empresario de éxito dedicado al ocio nocturno en la capital. Se casaron, se separaron y se volvieron a juntar. Tanto es así, que hace dos años, Cris Lozano murió de un infarto en Bali, Indonesia, donde reside Jaqueline de la Vega desde hace unos años.
En esta zona de Indonesia, Jaqueline de la Vega ejerce como empresaria hotelera y también tiene una línea de cosméticos.
Es madre de un hijo, Iker, que en la actualidad es el único hombre que ocupa su corazón. La empresaria mexicana es muy activa en las redes sociales. A sus seguidores los mantiene informados de sus éxitos profesionales y personales.
Así cuenta cómo Íker le pregunta: «¿Mamá después de tanto esperarme soy lo que tu esperabas, ha merecido la pena?».
Jaqueline siempre quiso tener hijos, cuando estaba con Cris Lozano, pero no lo consiguió. Años más tarde se sometió a fecundación in vitro y pudo ver cumplido su sueño de ser madre. Jaqueline de la Vega le contesta a su hijo que solo puede dar las gracias a Dios, a la vida, «por ser tu mami. Por dejarme ver el mundo atreves de tus ojos, de tus sentimientos. Amarte es una bendición. Cada día, tu inteligencia emocional me deja sin palabras, porque sin tu proponértelo me mantienes en la luz cerca de ti. No te puedo querer más».
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