Jorge Alvariño: “A los fotógrafos de rodaje los actores nos tienen mucha manía”

jorge albariño y ana de armas
Autorretrato de Jorge Albariño con la actriz Ana de Armas.

Llegó a Salamanca cuando tenía dos años, porque sus padres eran profesores en la Universidad. Sus recuerdos más tiernos son de aquí. Estudió en el Juan Jaén. Por casualidad comenzó a trabajar como fotógrafo en rodajes de cine. Con su objetivo capta fotografías de rodaje y realiza carteles de cine. Su último trabajo, los póster de ‘Torrente 5 Operación Eurovegas’.

 

¿Cuánto tiene de improvisación su trabajo?

Jorge Alvariño: En un rodaje la improvisación es cero, todo está súper preparado y organizado. Lo que ocurre es que mi trabajo en cine, al menos en España, no está supervisado por nadie, porque las productoras no suelen tener un departamento de marketing. Por lo que salvando un par de cuestiones que te marcan los productores cuando te contratan, del tipo: ‘céntrate en tal actor o en tal escena’, el resto, tengo libertad absoluta. Voy haciendo las fotos y les voy enseñando lo que creo es más interesante para promocionar la película. Los productores toman sus decisiones o ‘compran’ las propuestas que les indico.

Es decir, ¿en el set de rodaje tienen jefes?

J.A. No. Nadie me manda. Soy como una especie de elemento externo al rodaje que toma fotos de todo.

Imagen de Jorge Albariño para Agnosia.
Imagen de Jorge Alvariño para Agnosia.

¿Su trabajo es tan estresante e intenso como es el rodaje de una película?

J.A.El rodaje de una película es muy duro, porque son muchas horas al día, unas diez u once horas, pero a parte, ir todas esas horas al rodaje, por la noche tengo que descargar la cámara y, si no quiero que se me acumulen, tengo que ir haciendo una especie de filtrado. Cada día en una película hago unas 400 fotografías.

¿Y en el rodaje de una película?

J.A.Unas 35.000 fotografías, depende de los días que vaya.

¿Cómo es un día de rodaje?

J.A.Si no hay imprevistos, si todo va bien, un rodaje es extremadamente aburrido en el que no pasan demasiadas cosas. Por ejemplo: Se va a rodar un plano. Lo primero que se hace es iluminarlo, luego se coloca la cámara, se encuadra, se ensaya, se vuelve a enseñar y así, varias veces, y cuando ya está todo hecho se rueda. Mi trabajo comienza en ese instante, cuando se rueda. En un día se pueden rodar tres o cuatro planos, por lo que trabajo sólo en los 15 ó 20 minutos en los que se ruedan esos planos. Y ya está, el resto del tiempo estás esperando y eso es realmente lo duro. Es como estar de guardia esperando al momento oportuno.

Alex de la Iglesia, inmortalizado por Jorge Albariño.
Alex de la Iglesia, inmortalizado por Jorge Alvariño.

¿Es una especie de paparazzo dentro del propio rodaje?

J.A.No, paparazzo no, porque él roba foto. Siempre lo he visto más como un reportero que está en un rodaje que lo tiene que documentar. Y aunque sea una situación que es ficticia y que en ocasiones se repite más de una vez, me lo tomo siempre como que a mi alrededor están sucediendo cosas y las tengo que plasmar.

Más un fotoperiodista…

J.A.Sí, porque es un trabajo muy especializado, como un fotoperiodista.

¿Cómo es su relación con los actores?

J.A.Con unos muy buena y con otros normal. (risas) Por ejemplo, cuando comencé a fotografiar la película de Intruders, de Juan Carlos Fresnadillo, en la que actúa Clive Owen. Pues nada más comenzar el rodaje me dijeron que estaba despedido, es algo que se hace para tenerte a prueba esa semana, y si les gusta tu trabajo, ese despido se revoca, por lo que la presión es muy grande. Cuando trabajé en Intruders, la productora y la distribuidora quería, sí o sí, que a finales de la semana tuviera fotografías de Clive Owen, y él no rodaba esa semana.

¿Y cómo lo hizo?

J.A.Al final, me enteré de que Clive Owen había venido a hacerse unas pruebas de maquillaje y estaba por el set. Me escapé del rodaje y le ‘robé’ fotos más o menos con el vestuario del personaje.

¿Y les gustaron?

J.A.Sí, porque llegamos a un acuerdo y seguí trabajando.

Clive Owen fotografiado por Jorge Albariño.
Clive Owen fotografiado por Jorge Alvariño.

¿Cómo fue su relación con Owen después del ‘robado?

J.A.Se fue suavizando a medida que avanzaba el rodaje y al final tuvimos una buena relación. Al final, a los fotógrafos de rodaje los actores nos tienen mucha manía.

¿Sí?

J.A.Sí, porque es un trabajo en el que hay mucho intrusismo. Parece que cualquiera puede hacer este trabajo y no es así. Pero es un trabajo muy complicado, porque requiere unos conocimientos técnicos, el saber qué se puede hacer en un rodaje y qué no,…

¿Cual es el objetivo principal de un fotógrafo de rodaje?

J.A.Que nadie se dé cuenta de que estás ahí. El éxito absoluto es que a la hora de comer te digan: ‘Pero, ¿hoy has venido? O que por la noche digas: ¿Nos vamos a tomar unas cervezas? Y te digan: ‘¿Estabas por aquí? (risas) Eso quiere decir que no has molestado a nadie en el rodaje. Un foto fija tiene que ser invisible a todo el mundo en la medida de lo posible.

¿Una foto siempre es un vis a vis?

J.A.Cuando hago un retrato sí, pero cuando trabajas de foto fija lo peor que te puede pasar es que sea un vis a vis, porque es que te has puesto en medio de una toma y el actor te mire y le despistes. Si esto pasa, la has liado.

Luis Tosar visto con el objetivo de Jorge Albariño.
Luis Tosar visto con el objetivo de Jorge Alvariño.

¿Cómo es su relación con el actor en el estudio cuando les hace los retratos?

J.A.Las fotos son la antesala a la entrevista y puede ocurrir varias cosas, que el actor ya te conozca y la relación sea más fluida o que algún amigo suyo sepa de tu trabajo y le haya hablado, por lo que todo es mucho más amable. Si no es así, los actores son súper profesionales y llegan dispuestos a dártelo todo.

¿Cuéntenos alguna experiencia?

J.A.Por ejemplo, las fotos con Luis Tosar. Tuve la ventaja de que él había rodado con mi hermano Javi que es director de arte, Mikel, mi otro hermano también se dedica al cine es guionista y director. Javi había rodado con Luis Tosar y se lo dije y empatizamos, por lo que ya no está tan rígido y, por eso, el resultado es mucho mejor.

Cartel de la película 'Open Windows', de Nacho Vigalondo. Fotografía de Jorge Albariño.
Cartel de la película ‘Open Windows’, de Nacho Vigalondo. Fotografía de Jorge Alvariño.

¿Qué es lo que busca en una foto para que en una sola imagen, la del cartel promocional, transmita lo que un director cuenta en 90 minutos?

J.A.¡Eso es magia! (risas) Creo que la única vez que lo he conseguido ha sido en un póster que hice para ‘Open Windows’. Si ves la película y luego ves el cartel es exactamente lo que están contando.

¿Cómo surgió?

J.A.Fue también muy mágico. Ocurrió durante la sesión de fotos y comencé a ver algo que quería captar y al final lo conseguí. Lo mejor de todo fue que el director Nacho Vigalondo también lo vio enseguida. Fue un momento en el que capturamos la esencia de la película, pero no siempre ocurre.

¿Una imagen vale más que mil palabras o es un mito?

J.A.Para mí, sí, pero es porque soy fotógrafo. (Risas) Soy absolutamente incapaz de escribir bien. Me cuesta un infarto comunicarme con palabras escritas, pero es muy sencillo comunicarme con imágenes fotográficas. Una imagen, un cuadro, una fotografía o un dibujo me resulta mucho más buceable que un texto.

Cartel de la película: 'Torrente 5, Operación Eruvegas', realizado por Jorge Albariño.
Cartel de la película: ‘Torrente 5, Operación Eruvegas’, realizado por Jorge Alvariño.

 

 

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