[dropcap]“E[/dropcap]l hecho de que vivamos en una pandemia no significa dejar de celebrar tradiciones o acontecimientos, sólo tenemos que modificar la forma en la que lo celebramos. Tenemos que dar un sentido positivo a nuestros actos, no juntarse con la familia extensa ahora, significa tener oportunidad de poder reunirnos más adelante, con salud y seguridad que, al final, es el principal deseo común”.
David Herrero / ICAL. La profesional del Colegio de Psicología de Castilla y León, Begoña Diez, deja claro a la Agencia Ical que la ciudadanía “se sentirá rara, pero eso es debido a que la situación actual es extraña y excepcional”. De ahí la importancia de pensar en alternativas para “estar en contacto, aunque no sea cenando o comiendo”. “Verse antes en sitios abiertos, bien abrigados, por supuesto, compartiendo un chocolate o unas castañas asadas”. Todo ello para llevar a cabo actos de forma segura y dar un significado especial como muestra de cercanía y afecto, recalca.
Ante la suspensión de encuentros familiares y la participación del miedo, como invitado principal, señala que los mayores son el sector de la población más vulnerable a los efectos de esta situación, ya que les “está golpeando de una manera más dura y están en un momento vital donde el presente es más importante que el futuro”. De ahí que “el miedo a la enfermedad y la muerte sea mucho más intenso”.
“Se debaten entre el deseo de no enfermar y la conciencia de que el tiempo que tienen para disfrutar es hoy; y esta ambivalencia les dificulta afrontar esta situación de manera más adaptativa”. Apunta que esta situación “les hace perder la esperanza y las ganas, porque la relación con su familia es el principal alimento emocional que tienen, si eso lo pierden, sienten haberlo perdido todo”, añade.
La psicóloga asegura que hay que celebrar la Navidad con “sentido común”, como hasta ahora lo ha estado haciendo la inmensa mayoría. Además, es un buen momento “para salirse de la rutina en la manera de celebrar estas fiestas y que mucha gente le aburre. Es una excusa perfecta para hacer lo que a cada cual le apetece”.
Es decir, primar la tranquilidad, comer sin esos atracones o ver películas, dado que “no a todo el mundo le gustan las aglomeraciones o las grandes reuniones familiares”. Razón por la que mucha gente “agradecerá tener un año de alivio y de cambio”.
Recomienda tener presente la “situación excepcional y pasajera actual, así como alimentar la esperanza y la paciencia”, para sobrellevar las restricciones que la situación impone en estas fechas. Y es que, es necesario entender que “para estar mejor en el futuro, ahora hay que superar la incomodidad, de la mano de la responsabilidad”, apostilla Begoña Diez.
La Navidad son unas fiestas entrañables que llevan a la ilusión y al encuentro, a partir de “un frenesí” de compras, comidas o reuniones que son vividas con “felicidad, por unos, y con resignación y malestar, por otros”. Por ello, destaca la importancia del “sentido común” en una época de gran alegría y disfrute o de gran tristeza, según la mira que se utilice, relata.
Decoración navideña
Ante la pregunta de decorar las estancias y los entornos familiares, responde que se debe hacer si es costumbre, ya que “no hay nada de malo en seguir haciéndolo”. Es más, es una forma de “reafirmar la propia idiosincrasia de cada persona”. “Aconsejan no juntarnos en grupos grandes y en espacios reducidos, pero no nos impiden comunicarnos, ni celebrar y tampoco querer o disfrutar”.
De esa forma, relata que “no hay que hacer de una parte el todo, porque el todo es mucho más amplio y se deben buscar nuevas maneras o apaños para poder celebrar la Navidad con la seguridad necesaria, pero con el sentimiento de siempre”. Al final, esa forma de actuar “da confianza y control sobre una situación nueva, desconocida y amenazante”, asevera.
En ese sentido, una de las propietarias de Mayte Decoración, un pequeño comercio de la capital palentina, María José López, traslada a Ical que la gente se está animando a decorar, quienes confirman que «lo necesitan». “Necesitan tener ese subidón que les da tener la casa bonita e iluminada en una época especial, como es la Navidad”. Y es que, mucha gente no había pasado estas fechas en sus casas, sino en la de otros familiares, con lo cual ha tenido que empezar por la parte más básica, que no es otra que dicha decoración, aclara.
“Van a ser una fechas festivas diferentes, es algo obvio. Pero eso no significa que no vaya a ser la Navidad, de una u otra forma”. Razón por la que hay que vivirla de “la mejor manera posible y ser agradecido de las personas que están al lado, aunque sean menos que en otras ocasiones, por el bien de todos”.
Además, subraya que hay casos en los que necesitan “un pequeño empujón”, y la colocación de unos detalles o unas luces significan un avance. No obstante, no hay que olvidar que se han producido fallecimientos, con “situaciones dramáticas”, por lo que es comprensible que en ciertos hogares las Navidades no sean tan alegres, motivo por el que “hay que ser agradecidos”, así como intentar ayudar para pasarlo de la mejor manera posible.
Las tendencias
La también presidenta de la Asociación Palencia Abierta explica que la luz es “fundamental para todo”, más si cabe con las diversas posibilidades existentes en el mercado, con opciones a pila para aquellos lugares con carencia de enchufes. La Navidad son recuerdos, por lo que no se suele partir de cero, ya que se sacan artículos anteriores y se mezclan con otros nuevos. De ahí que haya cierta continuidad, pero siempre con novedades, añade.
Recuerda que los colores por excelencia de la Navidad son el rojo, el dorado, el plateado o el blanco, aunque, para la gente más atrevida, se introducen tonos como el rosa o el verde agua. Cosas más novedosas, pero “también bonitas si están combinadas con gusto y elegancia, al no colocarlo de cualquier manera”.
La presencia de niños en la casa revoluciona la decoración, dado que hay que meter más color. “No se pueden utilizar los mismos detalles en domicilios de gente mayor que en lugares donde los reyes son los más pequeños, al buscar chispa y alegría”.
Además, el árbol es algo clásico, aunque no en todas las casas cabe o se encuentra un sitio oportuno. De ahí que se ofrezcan alternativas sin perder su esencia, de la mano de una especie de estructura o esqueleto, que ocupan muy poco. A todo ello se suman los nacimientos de todas las medidas y categorías, enumera a Ical María José López.