El agua bendita caída del cielo ha llenado el río Tormes a su paso por la capital de ese mismo nombre.
No en vano, el caudal del río presentaba un aspecto esplendoroso por la zona del Puente Romano, con el agua abandonado su cauce natural para expandirse ante su potencia.
Estas imágenes son típicas y comunes con el deshielo o las abundantes lluvias, como ha ocurrido en esta ocasión; así bajaba el Tormes por el Puente Romano: