La celebración del Toro de la Vega en Tordesillas ha sido este año más polémica que nunca.
40.000 personas acudieron a la localidad vallisoletana para ver cómo 45 lanceros trataban de acabar con Elegido, un toro de casi 600 kilos que acabó hecho un colador.
Entre los asistentes había 300 antitaurinos llegados desde distintos puntos de España para tratar de impedir la muerte de Elegido, pero su sentada sólo consiguió retrasar media hora el espectáculo medieval que evolucionó hasta lo que hoy son las corridas del toros.
Unos y otros se liaron a pedradas y alguien provocó un incendio cerca de donde se lanceaba a Elegido, que antes de morir envió a cuatro personas al hospital.