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La pandemia tendrá un impacto «elevado» en la economía regional

Castilla y León mantiene un nivel relativo medio-bajo

El Consejo General de Economistas de España augura un impacto «elevado» del COVID-19 en la competitividad de Castilla y León, la categoría intermedia de las tres que ha fijado en un primer análisis sobre cómo golpeará la pandemia. Sin entrar en detalles aún, han hecho una estimación de lo que supondrá teniendo en cuenta que va a existir y va a ser siempre negativo para las comunidades autónomas debido al “histórico desplome de la actividad económica”, según indicó el director técnico del informe sobre competitividad regional presentado hoy por el Consejo, José Carlos Sánchez de la Vega. En este sentido, han determinado tres categorías para evaluar ese impacto, que de mayor a menor lo han identificado como severo, elevado e importante.

 

Para el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, el coronavirus «está teniendo un muy negativo e intenso efecto social y económico a nivel mundial, y de manera preocupante en España y sus comunidades autónomas, mostrando en todo caso impactos territoriales muy dispares”. No obstante, desde el Consejo se aclaró que esa disparidad no modificará las posiciones entre las comunidades autónomas ni cambiará el mapa de la competitividad regional en el medio y largo plazo puesto que la “brecha” entre unas y otras es acusada y “los bloques parecen bien definidos”.

Respecto al Índice de Competitividad Regional (ICREG) que presentó este jueves el Consejo General de Economistas en una comparecencia virtual, Castilla y León experimentó un crecimiento “moderado” en 2019, “levemente” por encima de la media del país.

No obstante, a pesar de esa evolución, el informe sostiene que “la comunidad de Castilla y León permanece en 2019 en el nivel competitivo relativo medio-bajo”, ocupando el puesto siete de las 17 comunidades autónomas analizadas. El nivel alto lo ocupan Madrid, País Vasco y Navarra; el nivel medio-alto de competitividad lo ostentan Cataluña y La Rioja; con Castilla y León están Aragón, Galicia, Cantabria y Valencia en el medio-bajo; y en el nivel bajo se encuentran Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha, Baleares, Canarias, Andalucía y Extremadura.

El índice se basa en 53 indicadores o variables que se agrupan en siete ejes: Entorno económico; Mercado de trabajo; Capital Humano; Entorno Institucional; Infraestructuras; Eficiencia empresarial; y el eje de la Innovación. En función de estos ejes, Castilla y León destacó en 2019 por un buen comportamiento de los 3 y 7, correspondientes a Capital Humano e Innovación, mientras que los ejes 1 y 6 sobre Entorno económico y Eficiencia empresarial son los que caen con respecto al índice anterior del año 2018.

En este sentido, el documento ICREG de 2019 destaca que dentro de sus respectivos ejes, las variables que evolucionan más positivamente en la comunidad son la Tasa de paro de larga duración (eje 2), Uso de Internet en los últimos tres meses (eje 3), Desigualdad (eje 4), Población con problemas de contaminación (eje 5), Investigadores y Empresas con medios sociales (eje 7).

Por contra, la evolución es particularmente desfavorable en cuanto a Variación del PIB real y Coeficiente de apertura externa (eje 1), Tasa de paro juvenil (eje 2), Déficit público (eje 4), Productividad (eje 6) y Patentes (eje 7).

En términos generales, todas las comunidades autónomas salvo Aragón y Asturias vieron incrementado su ICREG, de manera que la competitividad global de las regiones españoles aumentó un 3,2 por ciento en 2019.

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