El jurado del VIII concurso de microrrelatos San Silvestre Salmantina anunció este jueves el fallo de la edición de 2021.
En esta edición, debido a las circunstancias de la pandemia, no fue posible la habitual reunión presencial de los miembros del jurado y se estableció un sistema de puntuaciones para determinar los relatos premiados. En caso de empate, se valoró el número de miembros del jurado que habían votado a los relatos en cuestión y, si la igualdad se mantenía, se consideró el voto de calidad del presidente del jurado.
El número de relatos presentados fue 239 y el jurado valoró positivamente la continuidad del certamen: aunque se ha reducido la dotación de los premios de este año, se ha incrementado la cantidad destinada por la organización a fines solidarios.
Microrrelatos galardonados en el VIII Concurso «San Silvestre Salmantina»
Primer premio
El año que viene de Jesús Francés
Me pregunta la simpática chica de la tienda de deportes, tan dispuesta ella a ofrecerme la mejores zapatillas para correr la San Silvestre, si soy pronador o supinador y no sé qué contestarle porque nunca me acuerdo y me entran las dudas y pienso que va a hacer frío ese día o que va a llover y que pillo un resfriado o que me tuerzo un pie y me caigo, y pido la baja pero no puedo porque soy autónomo, además que hay que estar muy temprano y mira que también con el rollo este del coronavirus… si a lo mejor hasta nos confinan y tienen que suspender… anda que si me contagio… y el rollo de la mascarilla, que me asfixio con ella y no puedo ni respirar, mejor ya corro el año que viene que estará la cosa más tranquila. -Entonces ¿qué? ¿pronador o supinador? -Procrastinador, me temo.
Segundo premio
Dorsales de Raúl Clavero Blázquez
Hacia la mitad de la San Silvestre una ráfaga de viento arrancó los dorsales a todos los atletas. Durante unos minutos los números quedaron ahí, flotando varios metros por encima de la tierra, como una bandada de aves que no se atreviera a emigrar, hasta que comenzaron a caer, poco a poco, sobre los espectadores, sobre el suelo, sobre mí. Un tembloroso veinte con bandera noruega me abrazó y me fue imposible arrancármelo, de modo que no tuve más remedio que terminar la carrera. Entré en tercer lugar. Desde entonces vivo en Oslo y entreno a diario. Ya me he acostumbrado al salmón, pero sigo echando de menos Salamanca y pronto anunciaré mi retirada. Eso sí, lo haré con orgullo, en este tiempo he competido por todo el mundo y he logrado varias medallas. No creo que se le pueda pedir mucho más a una humilde rana de piedra.
Tercer premio
Milan de Modes Lobato Marcos
Esa noche las letras huyeron aterradas. Unas trataron de escapar a través del Puente Romano, otras corrieron hacia la Plaza Mayor… No les sirvió de nada. El depredador, desprendiendo un intenso olor a nata, les dio alcance y las devoró a todas ellas. A la mañana siguiente, y para sorpresa de todos, el cartel anunciador de la «San Silvestre Salmantina» apareció totalmente en blanco.