La Asociación profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas organizó este sábado concentraciones en varias ciudades españolas, entre ellas Salamanca, para pedir mejores sueldos y menos medallas y elogios «que no sirven para nada».
En Salamanca se concentraron en la plaza de la Constitución, junto a la Subdelegación del Gobierno. «Va siendo hora de que el pago a nuestra formación, a nuestro esfuerzo y a nuestro sacrificio y al de nuestras familias deje de ser vanas palabras que se lleva el viento. La militar es una profesión tan digna como cualquiera, y no aceptamos como medio de pago ni espíritu militar, que nos sobra, ni medallas que no sirven para nada, y que resultan ser una versión actualizada del clásico timo de la estampita», indican en su manifiesto.
Piden mejores retribuciones «por dignidad profesional, porque el respeto que merece nuestro uniforme exige que se valore de forma adecuada la profesión castrense, nuestra formación, nuestra experiencia, nuestro desempeño profesional, nuestro sacrificio, nuestras capacidades demostradas por activa y por pasiva a lo largo de la crisis del COVID-19… porque cada vez que sucede una catástrofe, del tipo que sea, los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas somos el último recurso del Estado y damos un paso al frente sin dudar: incendios, nevadas, inundaciones, terremotos, etc. Al final, siempre estamos ahí los militares», dicen.
Aseguran estar «hartos de que se nos gratifique solamente con elogios y buenas palabras. Eso no es más que un abuso y una falta de respeto. Un abuso porque se aprovechan de que la disciplina militar hace que cuando trabajamos ni pidamos ni rehusemos. Una falta de respeto porque consideran que ni nuestra callada labor ni nosotros valemos nada. No somos impagables, solamente somos personal mal pagado. Muy mal pagado».
Hace quince años, simbolizados por 15 de los asistentes (con chaleco amarillo en la concentración salmantina), los militares en activo tuvieron la última reforma retributiva, la del ministro José Bono, «necesaria porque en palabras del mismo, no era justo que un brigada con 21 años de servicio cobrara menos que un mosso d’esquadra acabado de salir. Hoy estamos peor, mucho peor. Cualquier guardia civil o policía recién egresado de su centro de formación tras un solo curso de nueve meses tiene una nómina superior a la de un teniente de las Fuerzas Armadas o cualquier suboficial con más de treinta años de servicio, y dobla lo que gana un soldado. Esta situación debe reconducirse», advierten.
Además, dicen que «no tiene explicación que la promoción interna haya desaparecido en la práctica para los suboficiales, convirtiendo en papel mojado lo dispuesto en el art. 35 de la Constitución, sin que se les reconozca ni la formación ni la experiencia previas para ser oficiales».
Por eso, afirman que «los militares necesitamos con urgencia ver en nuestras nóminas de cada mes el reconocimiento a nuestra profesión. Porque nuestras retribuciones, las peores de la Administración, llevan años en una situación grave, como ya definió la Comisión de Defensa del Congreso a principios de 2018. Han pasado casi tres años desde entonces y estamos peor», recuerdan.
Por último, indican que «la militar es la única profesión en la que para progresar el personal se plantea descender de categoría profesional. Ningún médico pretende convertirse en celador de hospital, pero los suboficiales de las Fuerzas Armadas están opositando para quitarse los galones y convertirse en guardia civil (con mucho menos tiempo de formación y categoría profesional más baja) para tener la nómina adecuada que merece su familia. Sencillamente absurdo».