La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a un hombre a dos años de prisión por un delito de malversación de caudales púbicos tras haberse quedado con una partida de jamones procedentes de un embargo.
ICAL. Según recoge la sentencia, en mayo de 2012, P.M.A, con antecedentes penales por falsedad y estafa, adquirió el compromiso de hacerse cargo como depositario de dos partidas de jamones ibéricos de cebo que las autoridades judiciales habían embargado a su empresa como pago por una deuda con otra comercial.
En concreto, según el auto, se trataba de una partida de 486 jamones ibéricos de cebo, con un peso fresco de 5.484 kilos, y otra de 248 piezas, con un peso en fresco de 2.708 kilos. Un total de 734 jamones que quedaban a su cargo, señalado por la entidad perjudicada como responsable de su conservación. Según el documento, se le comunicó expresamente que los bienes depositados no podían ser utilizados y debía mantenerlos en el estado en que se encontraban y a disposición del tribunal.
Ya en marzo de 2014 se practicó la diligencia de entrega en presencia del acusado, en el local donde se suponía que se encontraban depositados los jamones. Sin embargo, P.MA. declaró haberlos cambiado de sitio y, una vez en el nuevo emplazamiento, cuyo traslado no había comunicado, entregó únicamente 399 jamones de los 734 que se depositaron en su día, pues había desaparecido el resto.
El valor del conjunto de jamones fue tasado pericialmente en la cantidad de 54.961,926 euros, por lo que la entidad perjudicada reclamó un total de 25.084,806 euros al acusado por los 335 jamones desaparecidos.
Su impago derivó en la condena de dos años de prisión comunicada este lunes, aunque el tribunal acordó la suspensión de la pena durante el plazo de tres años, con obligación de no delinquir en ese periodo y satisfacer una multa por valor de la deuda.