El Tribunal Supremo inicia este martes el análisis del recurso presentado por el Gobierno contra la decisión de la Junta de Castilla y León de adelantar el toque de queda a las 20 horas.
El Supremo dispone de un plazo de 14 días para adoptar una decisión sobre la legalidad de la decisión de la Junta. El Ejecutivo Mañueco afirma que sí lo hace, porque solo interpreta el decreto del estado de alarma, como cuando se retrasó su inicio hasta la 1.30 horas en Nochebuena y Nochevieja “para salvarla Navidad”. Ahora Castilla y León lo adelanta dos horas “en horario nocturno” y “para salvar vidas”.
El aumento exorbitante de contagios lleva a las comunidades a pedir un instrumento más contundente para frenar la transmisión del virus. Castilla y León ya pidió oficiosamente un nuevo confinamiento, pero el Gobierno sostiene que la situación se puede controlar con los actuales instrumentos que ampara el estado de alarma.
Entonces, el ejecutivo regional decidió endurecer el toque de queda y adelantar su hora de inicio a las 20 horas de forma unilateral, algo que sorprendió al Gobierno central que lo recurrió por considerar que es ilegal, al incumplir el decreto que ampara el estado de alarma. Eso es algo que tendrá que dilucidar el Supremo.
Mientras tanto, crece la confusión entre los salmantinos, que no saben a qué atenerse, aunque mayoritariamente cumplen el nuevo horario del toque de queda, cuya utilidad para afrontar este momento de la pandemia es suficiente y quizás requiere un confinamiento, como se advierte desde algunos ámbitos científicos.
Crece el desconcierto ciudadano al tiempo que aumentan las adhesiones al adelanto del toque de queda. Es el caso de Andalucía, Castilla-La Mancha, Asturias, Cantabria, Canarias, Galicia, Catalunya, Baleares y Madrid, regiones gobernadas por PP, PSOE y regionalistas. Incluso los hay, como al País Vasco, que piden que pueda empezar a las seis de la tarde.
El Gobierno tendrá que adoptar, posiblemente sin conocer la decisión del Supremo, una decisión que cuenta con el consenso de la mayor parte de las comunidades autónomas, o mantener su postura inicial y dejar las cosas como están. Si acepta adelantar el toque de queda habría que modificar el decreto del estado de alarma y tramitarlo en el Congreso, con un PP que aún no se sabe que postura adoptará, si apoya a sus presidentes autonómicos o sigue en su guerra abierta contra el Gobierno.