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La intrahistoria de Lorenzo Santolino en el Dakar 2021

El piloto salmantino vivió duros momentos que olvidó tras su “liberación” al cruzar la meta
Santolino
(Fotos: Ch. D.)

Mejor español y sexto en el Dakar 2021 son palabras mayores para un salmantino que vive encima de una moto.

Problemas con los neumáticos, gastrointestinales, con la navegación, con el día a día… muchas cosas que solventar en cada prueba; por ello, ser fuerte mentalmente ha sido la clave para todos los días que ha durado una carrera que también exige mucho en lo físico. También existieron ciertos problemas con los neumáticos originando cortes por la peculiaridad de las piedras de esa zona, ‘pellizcando’ el neumático porque la llanta siempre ha estado limpia.

Ha sido un Dakar emocionante, duro… ha tenido de todo, pero hemos logrado llegar a la línea de meta con un gran resultado para mí y mi equipo y la gente que está detrás como Grupo Andrés, Candelas, Ayuntamiento de Guijuelo… agradecérselo a todos ellos, como siempre. Estoy muy contento por cómo ha ido todo y no solo por el resultado; he logrado ser muy consistente en el día a día, concentrado en la navegación, ritmo de pilotaje… he tenido errores que logré solventar y la mecánica ha aguantado hasta el final del Dakar. De hecho, hemos sido el único equipo que ha llegado con las tres motos al final de la prueba. Y eso para Sherco, que es de los más modestos, es un gran resultado y están satisfechos; el esfuerzo del pasado me ha hecho mejorar y sacar una buena versión de mí”.

Éstas han sido las palabras de Lorenzo Santolino en Salamanca tras regresar del Dakar, y lo ha hecho en las instalaciones de Neumáticos Andrés.

“El Dakar es muy exigente en todos los sentidos y en cualquier deporte de élite, el plano psicológico es importante y más en esta competición de 12 días. Hay que gestionar muchas cosas, como la mecánica, el entorno, los neumáticos, la navegación… y cuando tienes un error de navegación hay un colapso para el que hay que tener la cabeza fría. Para esto sirven la experiencia y el trabajo que hay detrás, para saber gestionar todo esto”, señala el piloto de Guijuelo, quien ha tenido en su cabeza a su mejor aliado.

Pero, situaciones complicadas ha habido, claro está… “Este año no he tenido muchos malos momentos para ser el Dakar, aunque tuve un problema gastrointestinal que me fastidió mucho al principio y pensé que me iba a mermar más, pero luego lo gestionamos mejor y he llegado bastante bien y a buen nivel físico. La espalda y los antebrazos sufren mucho, pero por suerte hemos tenido osteópata y se tratado en el día a día. Aunque es cierto que en los planos físico y mental se hace muy duro”.

Sus problemas gastrointestinales le mermaron, especialmente al inicio del Dakar 2021. “No sabemos muy bien qué puede ser, no es muy grave, pero sí me ha molestado toda la carrera y lo traía ya desde semanas antes; no he estado muy fino y antes del Dakar no dio tiempo a hacer una evaluación correcta, pero ahora ya me he puesto en manos de mi nutricionista para hacer analíticas y exámenes, y ver qué ha podido ser”, analiza Santolino.

Santolino-(12)

¿Qué pasará con su futuro y con Sherco? “Ahora es pronto para hablar nada y la gente viene con resaca porque lleva casi sin dormir dos semanas. Están muy contentos de haber llevados las tres motos a la final y en mi caso por haber estado en el ‘Top-10’ y haber luchado contra los mejores equipos, felicitándome por el resultado. Dentro de poco, me reuniré con ellos para hablar del futuro”, explica el piloto salmantino.

Ha sido el primer Dakar 2021 con esta maldita pandemia… ¿cómo ha sido convivir con el virus? “Hemos mantenido siempre el protocolo de seguridad, usando mascarilla, pero con una vida relativamente normal cuando hemos estado ya en la ‘burbuja’ de la carrera. Cuando llegamos, nos hicieron varias PCR y guardamos una cuarentena de 72 horas en el hotel, y una vez allí en la ‘burbuja’ de la carrera no ha habido ningún caso. Esto significa que se pueden hacer cosas y pruebas aunque sean más costosas, para intentar normalizar un poco todo”.

Pero, todo, completamente todo se olvida en ese trascendental y emocionante momento de cruzar la meta por última vez. “Fueron kilómetros muy duros, no solo los últimos, alguna etapa anterior también. El año pasado sin caerme me hice daño y el anterior me caí en la mitad del Dakar y siempre está ese fantasma. El momento de cruzar la línea de meta fue una liberación, toda esa presión sale fuera después de tantos días; hemos hecho nuestro trabajo sin grandes errores y con un gran resultado. Es una sensación difícil de explicar porque el Dakar es emocional, te lo pasas bien por muchas cosas, pero hay momentos de colapso mental. Es una experiencia que compensa todo el sufrimiento vivido, no solo en la carrera, también en la preparación”.

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