La Federación de Grupos de Teatro Aficionado de Castilla y León, La Lengua Teatro, Cateja Teatro, Komo Teatro y el Ateneo de Salamanca firman el siguiente manifiesto:
El pasado 3 de diciembre el Consejero de Cultura y Turismo de La Junta de Castilla y León, Javier Ortega Álvarez torpedeó la línea de flotación del vivero del teatro y de la cultura de nuestra comunidad, publicando una Orden con la que cercena toda posibilidad de participar en la programación de Los Circuitos Escénicos de Castilla y León a los grupos de teatro afici]onados, dejando ese circuito exclusivamente para las compañías profesionales que además cuentan, también en exclusiva, con la Red de Teatros de Castilla y León, donde tampoco las compañías aficionadas tenemos cabida.
Con esta orden, la Junta de Castilla perjudica fatalmente a la mayoría de las compañías teatrales de Castilla y León, hasta el punto de poner en grave peligro su supervivencia. Hablamos de más de 200 compañías en toda la región, 65 solo si contamos las que pertenecen a la Federación de Grupos Aficionados de Teatro de Castilla y León. Hablamos de compañías de peso en la escena regional, algunas con más de un siglo de existencia o con una presencia capital en el desarrollo de la cultura y la vida de numerosas localidades de Castilla y león.
En el caso de la PROVICIA DE Salamanca esta medida afecta a numerosas compañías, 11 grupos si solo contamos las agrupaciones federadas, cantidad que aumenta considerablemente si contamos a los grupos no federados. Algunas de estas compañías participan en la vida cultural de nuestra tierra desde hace más de 40 años.
La citada orden coacciona a los ayuntamientos de nuestra región a la hora de poder elegir el espectáculo que les interese, sea profesional o aficionado, ya que el profesional está subvencionado a través de los Circuitos Escénicos y el espectáculo de teatro aficionado, no. Huelga decir que, contrariamente a las palabras de la Orden publicada, este condicionante impide a los ayuntamientos elegir sus espectáculos por un criterio exclusivo de calidad, contenido artístico o, simplemente, en función de las necesidades o preferencias de sus ciudadanos, bloqueando tajantemente el libre acceso de los ciudadanos a la cultura, representada aquí por las artes escénicas.
En una posterior reunión del Viceconsejero de Cultura y el Director General de Políticas Culturales con la Federación De Grupos Aficionados De Teatro De Castilla Y León se transmitió que dicha decisión tiene un carácter excepcional y provisional para el año 2021 dada la situación lamentable en que se encuentran las empresas de Teatro de Castilla y León, algunas de las cuales podrían correr riesgo de desaparecer. Por su parte la Federación transmitió su apoyo a dicha decisión únicamente si se trata de una medida provisional y solo para el año 2021.
Así la cosas, convendría que la Junta de Castilla y León hiciese público su compromiso de que dicha decisión será revocada para 2022, ya que en la citada Orden no se explicita dicha provisionalidad y no sería la primera vez que una situación provisional por pura inercia acaba convirtiéndose en norma perpetua.
Mantener el contenido de esta Orden en futuras convocatorias, no sólo podría suponer la desaparición del
teatro aficionado, sino también el desprecio y desconocimiento por parte de la Consejería de Cultura de lo que significan estas compañías para la cultura en general y para la dinamización de muchos municipios de nuestra región donde el teatro profesional apenas llega. O cuando llega, en algunos casos, es a costa de aceptar espectáculos con pocos actores y producciones esqueléticas.
Hablamos además de lugares donde las creaciones escénicas amateurs están íntimamente ligadas a la identidad social y cultural y a la participación ciudadana en muchos municipios y comarcas de Castilla y León.
Este Consejero de Cultura ignora que los grupos de teatro aficionados de nuestra comunidad no llegan a un teatro, hacen su función y se van; la mayoría de ellos, formando parte de Asociaciones Culturales, son los que cargan a sus espaldas muchas de las actividades culturales que se llevan a cabo en los municipios, organizan prestigiosos festivales y certámenes de teatro por todo el país, pudiéndose financiar precisamente con las pocas actuaciones que obtienen de sus montajes teatrales que son contratados en los Circuitos Escénicos de Castilla y León.
Pero además, los grupos aficionados inculcan el amor por la cultura a miles de niños que se inician con ellos en el maravilloso mundo del teatro y que años más tarde serán los que formen parte de las compañías profesionales; por tanto, atacar de esta manera al teatro aficionado es atacar también al profesional porque es obvio que este último se nutre del primero.
Por otra parte, dado que a los grupos aficionados lo que nos motiva es el generar cultura y no un interés económico, nos permitimos trabajar con montajes clásicos y modernos que necesitan muchos actores y actrices, llegándonos a desplazar hasta 22 personas para subir a un escenario algunos montajes, algo del todo inviable para la mayoría de las compañías profesionales que participan en Circuitos Escénicos. Así las cosas muchos municipios no tendrían posibilidad de acceder a determinados montajes y tampoco a autores esenciales en la cultura occidental. ¿Cuántos municipios de nuestra comunidad podrían disfrutar de obras de Shakespeare, Zorrilla o Valle-Inclán, sin someterlos a adaptaciones minimalistas, si no fuera por el esfuerzo artístico y económico de los miles de voluntarios y voluntarias que han elegido el teatro aficionado como opción creativa?
Más aún, muchos grupos aficionados de Castilla y León, al no plantear sus creaciones por motivos alimenticios, garantizan más que muchas producciones empresariales que sus obras se crean por intereses exclusivamente artísticos. ¿Cuántas compañías profesionales que acuden a los Circuitos pueden plantearse seriamente explorar libremente los lenguajes escénicos si quieren mantener su estructura de negocio?
Y no olvidemos, el siguiente aspecto económico: los grupos de teatro de aficionados también generamos riqueza económica, construimos escenografías, alquilamos furgonetas, compramos y alquilamos material luminotécnico, contratamos los servicios del sector técnico, comemos en restaurantes y dormimos en alojamientos hosteleros . Incluso pagamos cursos de teatro, cursos con cuyas cuotas podemos contribuir al bienestar económico de las personas que viven en el teatro profesional de Castilla y León. Más aún, los miembros de las compañías aficionadas de teatro somos un público y un importante promotor de nuevo público para las compañías profesionales.
Por último quienes participamos en el teatro aficionado de Castilla y León, hemos prestado nuestro apoyo siempre que hemos podido a no pocas compañías profesionales de nuestra comunidad, suministrando actores, cediendo locales y espacios, facilitando materiales escenotécnicos, colaborando en sus diseños y montajes luminotécnicos y, en definitiva, dando asistencia técnica, logística, didáctica y artística allí donde las autoridades culturales de nuestra región no han podido llegar.
Piénsenlo bien: con la presente orden, la actual Consejería de Cultura y Turismo pone en peligro esta importante red de relaciones humanas, artísticas y culturales, poniendo en riesgo el futuro de una buena parte de la identidad cultural de nuestra región y obligándonos a un retroceso de más de 20 años en el desarrollo del teatro de Castilla y León.