[dropcap]S[/dropcap]emana de estructuras y sistémica. Se me han estado apareciendo allá donde haya querido poner oreja, vista o piel. Playmobilidad. ¿Pero qué nos pasa? Utilizo un “nos” condescendiente, hago todo lo posible por mover codos, rodillas, tobillos y muñecas. También trato de mirar hacia arriba, a ver cómo se nos presenta el cielo y hacia abajo, para tratar de vaticinar la firmeza de lo que espera a mis pies.
Se puede aceptar la pequeñez sin desolación. Es nuestra medida. Somos muy pequeñitos, lo cual puede ser tan falta como virtud. Pero no queremos serlo, pretendemos ser grandes, hercúleos, titánicos, decisivos. Buscar una no virtud que no nos falta es buscar mentiras.
Un pequeño que actúa como un grande es una farsa. Un grande que actúa como un pequeño es un absurdo. Tú y yo somos de los de escaso tamaño, incapaces de conseguir ciertas grandes cosas. Pero es que nadie, nunca, debió esperar nada parecido de nuestro hacer, solo se nos debió invitar a comenzar. ¿Qué enormidades somos capaces de conseguir? Terminar con el hambre en el mundo, conseguir uno más justo, más equitativo, etc, está muy lejos de nuestro poder. Pero ir yendo a ver si…
Claro, ¿qué motivación vamos a encontrar entonces para ponernos con algo que no podremos culminar? Me temo que no disponemos del tiempo suficiente como para vivir un roble. Hasta donde conozco, necesitaremos unos 20 años de paciencia para que nos sea devuelta la primera bellota desde que la plantamos. Luego será un no parar, pero…
¿Sabes lo que dice la Wiki acerca de la paciencia? Pues que es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. Del latín pati, sufrir. De ahí lo de paciente de hospital, el que sufre. Muy de la temerosidad para con el Señor, ¿no? Estos romanos…
En las eras grecas, más de amar locamenti aun sin saber cómo te lo ví a decir, Aristóteles hablaba del equilibrio entre las emociones extremas. Si lo hubiera dejado aquí daría para una gran taza, pero parece que lo remató como receta para la desgracia y las aflicciones dejando cierto mal cuerpo.
Propone otra referencia más cercana, de Santo Tomás de Not-here: «La paciencia es una virtud que se relaciona con la virtud de la fortaleza e impide al hombre distanciarse de la recta razón iluminada por la fe y sucumbir a las dificultades y tristezas». Fiestón.
Con este plan, normal que cuando se requiere la paciencia, la cita apunte a aburrida. Cierto es que al no materializarse no presenta defecto y que de darse, escoge una mesa invisible a los ojos de los camareros. Ya, pero (malditos peros) es que resulta que por grandes que sean las cosas, nosotros somos pequeñitos y tenemos ciertas limitaciones en nuestra interacción con la materia, el tiempo, las bellotas y los robles ¿no es verdad?
Pues paciencia. En lo que la bellota se hace roble, probablemente descubramos que no hay roble sin bellota. Si me acombenzo…