La Gerencia Regional de Salud indica que se puede retrasar la vacunación de personal sanitario y sociosanitario de primera línea que hayan padecido el COVID-19 en los 90 días anteriores a la vacunación, con el objetivo de priorizar el acceso a las dosis de los que aún no hayan pasado la enfermedad.
Ical.- Así lo recoge un documento interno, sujeto a revisión, de la Dirección General de Planificación y Asistencia Sanitaria, fechado el 15 de enero, en el que Sacyl precisa que actualmente este retraso de la vacunación se aplicará exclusivamente al personal sanitario y sociosanitario de primera línea, excepto el que trabaja en centros de mayores o de atención a grandes dependientes.
Esta decisión se conoce semanas después de que la Junta iniciara la vacunación de personal sanitario de la Comunidad, una vez que se había completado la administración de la primera dosis en las residencias de mayores, donde viven unas 40.000 personas. El proceso de inmunización de los sanitarios coincidió con los problemas de suministro de las dosis y la necesidad de inyectar la segunda dosis a los que abrieron la campaña.
Igualmente, Sacyl indica que se debe posponer la vacunación en personas en cuarentena (por ser contactos de un caso confirmado) hasta que el periodo de aislamiento finalice, excepto en centros residenciales en que sólo se excluirán los casos confirmados activos o personas sospechosas con síntomas compatibles.
Asimismo, recuerda que la vacuna puede administrarse en personas que hayan pasado la COVID-19 debido a que no se conoce con precisión durante cuánto tiempo persisten los anticuerpos tras la infección natural, especialmente en infecciones leves, y a que se espera que la vacunación refuerce la respuesta inmune preexistente.
También, Sacyl aclara que con una vacuna puesta y sospecha clínica de infección por el SARS-CoV-2 se le debe hacer una prueba diagnóstica, ya que indica que la vacunación no interfiere en los resultados de las PCR o test de antígenos. Además, recuerda que se debe completar la pauta en las personas que presenten síntomas tras la primera dosis, una vez esté recuperada y haya finalizado su cuarentena. “No se considera necesario reiniciar la pauta”, añade.
Por otra parte, Sacyl indica en su documento, titulado ‘Actitud ante la aparición de síntomas compatibles con COVID tras la vacunación por SARS-CoV-2’, que el riesgo de infección en vacunados no se puede descartar. Explica que es frecuente que aparezcan reacciones adversas como fiebre, dolor de cabeza o cansancio, sobre todo los tres primeros días.
Sin embargo, remarca que es “muy importante” diferenciarlo de una infección aguda por SARS-CoV-2. Expone que si los síntomas persisten más de tres días (contando el de la vacunación como el primero) o si son otros diferentes se procederá a realizar la prueba diagnóstica de infección activa correspondiente.
Criterios de sospecha
Tras la vacunación, los criterios de sospecha de infección aguda son en la primera semana tras la administración el “curso prolongado” (a partir del tercer día) o aumento progresivo de la intensidad de los síntomas -febrícula/fiebre, escalofrío, astenia, cefalea, mialgias, artralgias-.También, cita otros signos no relacionados con la vacunación y asociados como la tos, sensación de falta de aire, odinofagia, anosmia, ageusia o dolor torácico.
A partir de la primera semana tras recibir la vacuna, recomienda atender cualquier cuadro de infección respiratoria de aparición súbita, sospechosa de infección aguda por SARS-CoV-2. Se trata de indicaciones recogidas por Sacyl y elaboradas por el grupo de trabajo en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC).
