[dropcap][/dropcap]Inhumano, inmoral, ilegítimo, ilegal, … son algunas de las palabras más suaves que me vienen a la cabeza a la hora de encabezar esta columna.
Reseñaba hace exactamente 15 días en esta misma columna el sometimiento de los gobiernos en particular y el poder político en general al poder económico multinacional, al capitalismo más descarnado y sin principios. Hoy, menos de quince días después, a propósito de lo sucedido con las vacunas para el Covid tienen ustedes un ejemplo palpable no ya del sometimiento de la Comisión Europea al poder de la industria farmacéutica, sino del desprecio y pitorreo más absoluto por parte de esta industria hacia la propia Comisión, a los gobiernos de los países que la integran y a sus ciudadanos, es decir a usted y a mi entre otros, mientras que la Unión Europea responde lentamente y con medidas tibias a un órdago descomunal.
Europa ha adelantado el dinero necesario para financiar que industrias farmacéuticas privadas pudiesen investigar las vacunas, ha comprado, también por adelantado, cientos de millones de dosis y ha mantenido en un vergonzoso secreto los términos de los acuerdos firmados, con la esperanza de poder disponer de las dosis necesarias para vacunar rápidamente a la población europea. No se trata de un acuerdo comercial entre iguales, ha sido un chantaje puro y duro por parte de la industria ante una situación de necesidad de los gobiernos europeos y una bajada de pantalones por parte de la Comisión.
En los últimos días ha salido a la luz pública algunos de los aspectos secretos del acuerdo, como la exoneración de posibles responsabilidades de las empresas por posibles efectos adversos y siguen sin conocerse otros aspectos de los acuerdos firmados. Los parlamentarios europeos no han podido acceder al texto completo de los citados acuerdos. Ahora, ante la indignación generada la Comisión pide, casi suplica, que le permitan hacer público el acuerdo.¿Qué más esconden para que el poder legislativo no pueda fiscalizar los acuerdos firmados?
Las dos principales empresas suministradores de vacunas alegan problemas de producción e incumplen el calendario de entrega firmado y la Unión Europea sospecha que las entregas comprometidas para Europa han sido desviadas a terceros países que puedan pagar precios más altos, y se plantea investigar el número de vacunas que se exportan desde las fábricas situadas en Europa a esos terceros países, es decir, que sospecha que la están extorsionando y en su propia casa.
Mientras tanto, la vacunación de los ciudadanos europeos sigue acumulando retrasos y, por tanto, el riesgo para la salud y el deterioro de la economía va a seguir un curso imparable salvo que la Comisión se ponga firme y arbitre procedimientos urgentes para obligar a cumplir los compromisos y, además, sancione firmemente este tipo de comportamientos para que no se repitan en el futuro.
Por terminar como comencé, solo con la letra i: Indignos, incívicos, irresponsables, incomprensibles, impresentables…pueden ustedes tachar o añadir calificativos a la lista o incluso cambiar de letra. Lo dejo a su gusto en función de su nivel de indignación que espero sea mucho.
PD: Mientras tanto los países pobres seguirán durante mucho tiempo muriendo por falta de vacunas, pero que nadie se engañe, este no es un problema de solidaridad con esos países, que no le importan nada a la industria farmacéutica (salvo para hacer ensayos clínicos a bajo coste), este es un problema de querer obtener máximos beneficios vendiendo la vacuna al mejor postor.
1 comentario en «La industria farmacéutica y la UE en el mercado de las vacunas Covid»
Comparto la indignación. Sectores estratégicos deberían estar controlados para evitar los abusos que cometen oligopolios como la industria farmacéutica.