La nueva Ley de Caza 2021 incluye como novedad la denominada ‘Emergencia Cinegética’ para acometer situaciones de urgente actuación en caso de importantes daños por una sobrepoblación intensa de determinadas especies, hace hincapié en la mejora de la planificación de la actividad cinegética, basada en el seguimiento continuo de las poblaciones y de las capturas realizadas, y en la simplificación de los procedimientos administrativos, fomentando el uso de la tramitación electrónica.
ICAL. El nuevo instrumento de ‘Emergencia Sanitaria’ permitirá, según el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el control poblacional de las especies cinegéticas con el fin de evitar riesgos importantes sobre la salud, la seguridad de las personas y los daños a la agricultura,
La ley limita a la Administración autonómica para considerar cinegética una nueva especie, pero la habilita para excluirla de forma rápida. Además, regula la posibilidad de que una especie cinegética sea declarada “de atención preferente”, por lo que será objeto de planes de gestión específicos.
El Consejo de Gobierno dio el visto bueno al Proyecto de Ley de Gestión Sostenibles de los Recursos Cinegéticos de Castilla y León, una nueva ley de caza que sustituye a la normativa de hace 25 años y que pretende garantizar “la sostenibilidad de los recursos cinegéticos y modernizar la actividad de la caza y para que continúe siendo un revulsivo económico y social para el medio rural”.
Así lo expresó el consejero del área de Medio Ambiente en una comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, órgano que remitirá el Proyecto de Ley a las Cortes autonómicas para su tramitación parlamentaria.
La nueva ley es, según Suárez-Quiñones, “una apuesta decidida por la caza sostenible”, ya que tratará de garantizar la conservación de la biodiversidad de forma integrada con el desarrollo rural, todo ello con un adecuado control de la fauna cinegética, previendo figuras novedosas como la emergencia cinegética.
Prevé la elaboración de una ‘Estrategia de la Caza de Castilla y León’, que incluirá los planes territoriales de recursos cinegéticos y de planes de gestión de especies cinegéticas, para aquellos territorios y especies que requieran de una consideración especial. Igualmente, los planes cinegéticos de los cotos de caza deberán ser elaborados por técnicos especializados, y basarse en censos rigurosos realizados con una metodología avalada técnicamente.
Asimismo, también regula las especies cinegéticas, que son las únicas que pueden ser objeto de la actividad, declarándose como tales las enumeradas en el anexo I de la ley.
Otra de las novedades de la nueva normativa es que se podrán realizar seguimientos poblacionales de las especies cinegéticas, como herramienta imprescindible para garantizar que la práctica de la caza no pone en peligro el estado de conservación de las mismas.
Seguimiento poblacional
Creará una herramienta ‘Sistema de Seguimiento de las Poblaciones Cinegéticas de Castilla y León’, que utilizará todas las fuentes de información disponibles, y un novedoso y riguroso sistema de control de las capturas realizadas por los cazadores.
También plantea las figuras de los cotos colaboradores, que deberán contar con asesoramiento técnico permanente que asegure la obtención de información de calidad, y del cazador colaborador, que aportarán importante información sobre la gestión cinegética, las capturas, el seguimiento poblacional y otros aspectos que contribuirán a mejorar el conocimiento y la gestión de la caza en Castilla y León.
En cuanto a los terrenos cinegéticos, la ley unifica en 250 hectáreas la superficie mínima necesaria para su constitución, y sobre todo introduce cambios relevantes en cuanto al régimen de intervención administrativa, estableciendo con carácter general el procedimiento de declaración responsable para su constitución.
Por otro lado, se eliminan dos figuras existentes en la ley anterior, las zonas de caza controlada y los cotos regionales, “por su escasa aceptación, haber quedado obsoletas y ser superadas por el actual marco de las figuras de protección”, según matizó el consejero.
En lo referente a las reservas regionales de caza, el Proyecto de Ley prevé la posibilidad de segregación de sus terrenos a petición de los propietarios, y se mejora el funcionamiento y el control del fondo de gestión de las reservas mediante la creación de una comisión del fondo de gestión para cada reserva.
Respecto a los terrenos no cinegéticos, se elimina la figura del Refugio de Fauna, dada su prácticamente nula utilización, y por el hecho de existir actualmente otras figuras de protección establecidas en varias leyes del Patrimonio Natural de Castilla y León, que “cumplen sobradamente con los objetivos de aquella, que también ha quedado obsoleta”.
El Proyecto de Ley también establece los períodos hábiles máximos en los que se podrá practicar la caza, cumpliendo los requisitos establecidos en la normativa comunitaria y estatal. Estos períodos hábiles de caza podrán restringirse si las circunstancias así lo aconsejan en vía reglamentaria, pero no ampliarse.
De este modo, según el consejero, “se mantiene la tónica del Proyecto de la reserva de Ley en el sistema, y la habilitación reglamentaria solo para incrementar la protección”. Además, se establece una pormenorizada serie de limitaciones y prohibiciones con el fin de proteger la conservación de las especies, su pureza genética y los hábitats en los que habitan.
Notificación monterías
El Proyecto de Ley establece la obligación de hacer pública con suficiente antelación la celebración de monterías y ganchos, a través de una plataforma pública. El consejero destacó, al respecto, que esta cuestión era ampliamente demandada por los practicantes de actividades de uso público en la naturaleza, como el senderismo y el ciclismo de montaña. Con las notificaciones se incrementan así los márgenes de compatibilidad de actividades y de seguridad en el uso público de los montes y espacios naturales.
Suárez-Quiñones recordó que la nueva norma pretende asegurar un marco legal estable y actual para la caza en la Comunidad, una vez que tanto el Tribunal Constitucional como el Tribunal Supremo han avalado la regulación reglamentaria y legal realizada en Castilla y León.
El nuevo proyecto de Ley sustituye a la Ley de Caza de Castilla y León que databa de 1996 e intenta crear un marco legal adaptado a la realidad social, económica y ambiental de la Comunidad autónoma.
«La situación actual de las poblaciones de las especies cinegéticas es muy diferente a la que existía cuando se dictó la anterior ley, puesto que, según resumió el consejero, las especies ligadas a los territorios forestales, principalmente las de caza mayor, han experimentado en general un notable incremento, pero las especies de caza menor asociadas a los hábitats agrícolas han visto cómo sus poblaciones presentan tendencias decrecientes», significó el consejero.
Asimismo, apostilló que un sector de la población manifiesta un creciente interés en la conservación de la naturaleza y reclama mayores garantías de que » no se ponga en riesgo con la práctica de la caza”, y agregó que estos cambios producen algunos efectos no deseables, como el notable incremento de los daños a la agricultura producidos por algunas especies, como el jabalí o el conejo, o a la ganadería en algunas comarcas con el lobo.
Además para su elaboración se tuvo en cuenta el aumento de los accidentes de tráfico provocados por especies cinegéticas, que se duplicaron en los últimos cinco años, superando los 8.000 accidentes al año, lo que equivale a más de 20 accidentes al día, con elevados daños materiales y en ocasiones importantes daños personales.
A esto se suma la mayor dificultad en el control de determinadas enfermedades como la epizootias y la zoonosis, que suponen un riesgo para la salud de los animales y también, en algunos casos, para la de las personas.
El consejero reconoció que la normativa cinegética de Castilla y León ha sido objeto de controversia judicial durante los últimos años, materializada en diversas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
No obstante, apuntó a que tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Constitucional, en este caso en dos sentencias, las tres en el año 2020, ratificaron dicha normativa, reglamentaria y legal, tanto en el fondo como en la forma, por lo que se respeta la Ley y la convierten en plenamente constitucional.
La nueva Ley de Caza de Castilla y León recibió 1.806 alegaciones de 162 personas o entidades diferentes.
El anteproyecto se sometió a informe del Consejo Regional de Medio Ambiente, habiendo sido informado favorablemente. El anteproyecto fue informado, por el Consejo Económico y Social, que emitió un dictamen sobre el anteproyecto con recomendaciones e indicaciones que fueron consideradas en el texto final.