El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, solicitó este viernes al Gobierno de España un «cambio de rumbo” y que “mueva ficha” para asumir el liderazgo en la gestión de la pandemia desde la coordinación, colaboración y entendimiento en un “esfuerzo compartido” entre todas las instituciones. El delegado del Gobierno en la región le pidió a él que regrese a la senda del diálogo como el resto de las autonomías.
Ical.- En su comparecencia para analizar la situación del COVID-19 y explicar las últimas medidas adoptadas en la tercera ola, Fernández Mañueco, que defendió que ha actuado con “decisión” desde la prevención y la anticipación, ofreció y pidió también a los partidos políticos y, en especial, a los de la oposición colaboración.
En un decálogo, demandó al Gobierno actualizar los criterios de 22 de octubre conocido como “semáforo” para evitar la “arbitrariedad” a partir de 250 casos de incidencia acumulada, dotar de la herramienta política intermedia al estado de alarma para realizar confinamientos domiciliarios, aumentar las dosis de vacunas para acelerar su ritmo y tener unas pautas comunes para los profesionales sanitarios.
Igualmente, reclamó agilizar la homologación de títulos de medicina para poder contratar a extracomunitarios, aumentar la formación de especialistas, un paquete de ayudas económicas para el turismo y la hostelería, reparto justo de los fondos europeos con la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera, aplicar un IVA reducido para las mascarillas y convocar la Conferencia de Presidentes.
Durante su quinta comparecencia en las Cortes para explicar su gestión, sostuvo que las medidas dan resultado “cuanto antes se tomen” y detalló las adoptadas los días 1, 7, 12, 15 y 30 de enero, donde se encuentra el adelanto del toque de queda, recurrido por el Gobierno, y restricciones en toda la Comunidad.
Tras asegurar que ha escuchado a “todos” para la adopción de las medidas, sostuvo que si el Gobierno hubiera visto que se vulneran derechos fundamentales se habría presentado medidas cautelarísimas para la anulación del adelanto del toque de queda, pero no fue así.
En tal sentido, lamentó que el Gobierno haya preferido la vía judicial al diálogo, si bien afirmó que se asumirá lo que diga el Tribunal Supremo, aunque insistió en que la medida está avalada en criterios sanitarios, que ha llevado a una reducción en un 11 por ciento de los contagios, sociales, porque es justa y se cumple por las personas, y jurídica, al ser legal en base a una sentencia del Constitucional que prima el derecho a la vida sobre otros como la movilidad.
También destacó los planes de choque con ayudas con cerca de 70 millones y créditos y liquidez para movilizar casi 700 millones. A ellas, añadió un plan de 20 millones en ayudas directas para el turismo y la hostelería, ampliables en diez millones.
Finalmente, reiteró que para frenar el virus se requiere “el esfuerzo compartido” de todas las instituciones y partidos políticos por lo que pidió y ofreció colaboración.
Regreso al diálogo
Por su parte, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, reclamó al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que vuelva a la senda del diálogo y el consenso como el resto de las comunidades, y recalcó que aunque otros gobierno autonómicos también plantearon adelantar el toque de queda a las 20 horas, finalmente aceptaron el acuerdo alcanzado en el Consejo Interterritorial de Salud.
Izquierdo, que está mañana compareció para presentar una guía de los servicios electrónicos que ofrece la Administración General de Estado en la Comunidad, aseguró que solo Fernández Mañueco tomó la decisión “unilateral” de adelantar el toque de queda, a pesar de que afecta a derechos fundamentales de los ciudadanos.
A su vez, el delegado aseguró que es un “contrasentido” que el presidente de la Junta, que actúa como autoridad delegada del Gobierno en el estado de alarma, se aparte de los criterios marcados por la autoridad que le ha otorgado la competencia. “Con esta decisión sólo se genera confusión en la ciudadanía, algo que en estos momentos es el peor remedio para luchar contra la pandemia”, aseveró.
Izquierdo también reclamó a Mañueco que no rompa la unidad institucional que se ha venido manteniendo hasta ahora en Castilla y León en la lucha contra la pandemia y que acate los criterios acordados en el Consejo Interterritorial de Salud, que es el órgano de cogobernanza en esta materia.
Por último, sobre la eficacia de la medida el delegado del Gobierno indicó que es difícil cuantificarla, pero apuntó que en otras comunidades, en las que no se adelantó el toque de queda, los contagios no han sido tan altos como en Castilla y León y en los últimos días la incidencia también está bajando.